
En el 2010, todo México se paralizó con una historia, la desaparición de Paulette Gebara Farah, un caso que hasta ahora sigue sin resolverse y está lleno de vacíos y dudas.
Todo comienza un 21 de marzo del 2010, fecha en la que se le vio por última vez a Paulette. Esa noche, Paulette llegó de Valle de Bravo a su casa, ubicada en Huixquilucan, acompañada de su hermana y su papá, Mauricio Gebara. Algunas versiones señalan que la persona que la acompañó a su dormitorio fue su madre, Lizette Farah, otras dicen que fue una de las mujeres que trabajaba en la casa de los Farah.
El 22 de marzo, durante la mañana, Erika, una de las dos niñeras de Paulette, acudió a despertarla para llevarla a la escuela y se dio cuenta de su desaparición; avisó a la señora Lizette y comenzaron a buscarla en todo el edificio, ubicado en la calle Hacienda del Cuervo.
Mauricio Gebara avisó a su hermana de la desaparición de la menor, quien informó del caso a las autoridades de Huixquilucan; se dice que la familia tenía relaciones con personalidades del mundo de la política y por ello intervino de inmediato la Procuraduría General de Justicia de Edomex.
Seis días después, el 28 de marzo, sale uno de los primeros mensajes de Lizette Farah en televisión, ese día hizo un llamado al presunto raptor, pidió que le devolvieran a su hija, que la dejaran en algún centro comercial o lugar concurrido y aseguró, en televisión, que no habría represalias.
Con toda la presión de un país, el 29 de marzo, la Procuraduría General de justicia del Estado de México comunicó que arraigaría a Mauricio Gebara y a Lizette Farah, padres de las menores, así como a las hermanas Erika y Martha Casimiro, niñeras de Paulette, por falsedad e inconsistencias en las declaraciones.
«Cada uno de ellos en determinado momento ha falseado su declaración, lo cual ha dificultado conocer la verdad de los hechos y esclarecer una firma línea de investigación», precisaba en entonces procurador Alberto Bazbaz.
El 30 de marzo, los padres de Paulette estuvieron unas horas en la Procuraduría mexiquense y luego fueron trasladados a un hotel donde cumplirían su arraigo. Ese mismo día, peritos de la dependencia colocaron mantas en el domicilio para llevar a cabo la reconstrucción de los hechos con la presencia de los padres.
Alrededor de las 2:00 horas, el cuerpo de la pequeña Paulette fue encontrado sin vida en su propia recámara, lugar al que previamente habían acudido peritos con perros entrenados, y en donde la madre de la niña había dado entrevistas.
La pequeña había muerto por un accidente, indicó Bazbaz, había fallecido por «asfixia mecánica por onstrucción de fosas nasales y conpresión toraxicoabdominal».