Ciudad Valles, S.L.P. – Su nombre es Atalia Margarita, esta por cumplir tres años, ella corre y juega por los pasillos de la séptima Fiscalía en Valles, sin saber que ya ha sido víctima de violencia, pero de parte de su propia madre.
Ella ríe a carcajada abierta mientras corretea una mariposa en los pasillos de la delegación, sin saber la lucha que su abuelita María Guadalupe esta por emprender por obtener su cuidado y custodia.
Llegaron la mañana de este martes a las oficinas de la Unidad de Atención Inmediata, buscando poner una denuncia, por las presuntas agresiones de las que fue objeto por parte de su mamá.
La señora Lupita relató que esta mañana fue por su nieta, a la casa donde vive su hija, encontrándola aún dormida, con mucha paciencia y cariño levantó a la niña y se la llevó; se dirigió al ayuntamiento donde un abogado de nombre René, le dijo que este miércoles presentaría la demanda para la custodia de la menor, pero le indicó que debía de asistir a la Fiscalía para poner la denuncia por las lesiones, ella presurosa cargo a su nieta y acompañada de otra de sus hijas emprendió el camino.
Aquí comenzaban los errores de la procuración de justicia, pues el abogado del municipio debió acompañarla para presentar su denuncia pero la dejó sola. En este sitio encontró ayuda de un abogado, que al ver la gravedad del caso, se ofreció a apoyarla y que esto no quede impune.
La señora María Guadalupe dijo que entró a las oficinas de la Unidad de Atención inmediata, pero ahí fue cuando el personal no le quiso recibir su denuncia, y le pidieron se fuera al DIF a pedir la ayuda para la menor.
A un lado de ella se encontraba un abogado que escucho la situación y decidió apoyarla ante el maltrato del que estaba siendo víctima.
Así fue como la señora María Guadalupe logró dar a conocer su caso, ella pide ayuda para quedarse con la custodia de la menor, protegerla de su propia madre.
La niña presenta una quemadura en su espalda, además trae en su carita una grave infección por un hongo, por lo que se constituye como violencia física y omisión de cuidados, motivo suficiente para que en la Fiscalía se aplicará el protocolo de atención a la menor, se debió llevar a certificar s la menor, pedir la presencia de la Procuraduría de protección al menor, Comisión estatal de atención a Víctimas, y personal del DIF, nada de eso sucedió.
María Guadalupe quiere proteger y cuidar a su nieta Atalia de su propia madre, de su hija, que aceptó con tristeza y dolor, que no ha sabido darle una vida digna a la pequeña.
Hoy fue abandonada por su propia sangre, fue ignorada por las autoridades, hoy una niña de apenas tres años es víctima de violencia, pero su inocencia no le permite asimilar la gravedad de los hechos.
Hoy Atalia Margarita merece vivir una vida libre de violencia, derecho que las autoridades vulneraron.