
Las celebraciones decembrinas traen consigo reuniones familiares, abundantes comidas y postres irresistibles. Sin embargo, estos festines pueden derivar en malestares digestivos y, en algunos casos, en sentimientos de culpa. Para contrarrestar estos efectos, muchas personas recurren a dietas restrictivas o “détox”, pero especialistas advierten que estas prácticas pueden ser innecesarias y hasta perjudiciales.
Según la licenciada en Nutrición Eugenia Briz, el cuerpo humano tiene un sistema de desintoxicación natural. “El hígado remueve residuos del torrente sanguíneo y los riñones los excretan a través de la orina”, explicó. Por ello, no es necesario someterse a dietas extremas para “limpiar” el organismo.
Las dietas détox suelen implicar ayunos, el consumo exclusivo de frutas y verduras, la eliminación de grupos alimenticios como harinas o lácteos, y el reemplazo de comidas por tés o batidos. Aunque populares, la nutricionista Florencia Salva advierte que estas prácticas pueden provocar efectos secundarios como distensión abdominal, náuseas y descompensaciones en personas con enfermedades crónicas.
En lugar de recurrir a restricciones extremas, los especialistas recomiendan mantener el equilibrio y el control de porciones durante las festividades. Algunas estrategias incluyen:
•Mantener una alimentación balanceada, priorizando proteínas magras, grasas saludables y vegetales frescos.
•No saltear comidas para evitar llegar con demasiada hambre y comer en exceso.
•Hidratarse adecuadamente, ya que la sed puede confundirse con hambre.
•Comer despacio y masticar bien para favorecer la digestión y reconocer las señales de saciedad.
•Evitar restricciones extremas, ya que pueden generar una relación poco saludable con los alimentos.
Adoptar estos hábitos permite disfrutar de las fiestas sin comprometer la salud y sin necesidad de medidas drásticas posteriores.
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