Los Ángeles enfrenta una de las peores crisis por incendios forestales de su historia reciente, con un saldo de cinco muertos, más de mil estructuras destruidas y más de 80 mil evacuados. Las llamas, avivadas por los intensos vientos de Santa Ana, han arrasado 4,775 hectáreas en varios puntos de la ciudad, incluidos los lujosos vecindarios de Pacific Palisades y Eaton.
El incendio en Pacific Palisades, iniciado el martes por la mañana, ha sido el más destructivo, esto dejó manzanas enteras reducidas a cenizas y provocó el desalojo de 30 mil personas. Horas después, otro foco se desató en Eaton, este produjo la evacuación de 52 mil residentes, y las llamas alcanzaron Hurst y Woodley, donde las autoridades pidieron a la población mantenerse alerta.
La magnitud del desastre ha superado la capacidad de respuesta de los bomberos, quienes enfrentan escasez de personal, equipo y agua. El Servicio de Agua y Electricidad de Los Ángeles instó a los ciudadanos a racionar el recurso, mientras que los fuertes vientos, con ráfagas de hasta 145 km/h, dificultaron el despegue de aviones cisterna por horas.
Los daños económicos se estiman entre 52 y 57 mil millones de dólares, según AccuWeather. En tanto, miles de residentes relatan momentos de desesperación por abandonar sus hogares con lo esencial mientras el fuego avanzaba rápidamente.
El meteorólogo Daniel Swain advirtió que las condiciones climáticas que propiciaron los incendios persisten, lo que mantiene la emergencia activa. Las autoridades continúan con trabajos para contener las llamas en medio de una situación apocalíptica en la ciudad.
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