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La guillotina de Sheinbaum

Por María Luisa Paulín

El gobierno federal no tiene dinero, así que hagan lo que tengan que hacer para cerrar el año. Palabras más, palabras menos, esto les habría dicho la presidenta Claudia Sheinbaum a los gobernadores durante una reunión donde le expusieron que había retrasos en el depósito de participaciones federales, lo que ascendía a varios miles de millones de pesos en cada estado de la República.

A San Luis Potosí, el gobierno federal le ha dejado de enviar unos dos mil quinientos millones de pesos, y a los Ayuntamientos, según la tabla oficial de descuentos aplicados a partir de octubre, para cerrar el año, el gobierno de Claudia Sheinbaum habrá reducido cuatro mil millones de pesos a los gobiernos de los 59 municipios de nuestro estado.

El primer ajuste, en octubre, significó una reducción en participaciones federales para los Ayuntamientos de 125 millones 130 mil pesos, mientras que en noviembre fue de 120 millones 663 mil.

Los Ayuntamientos morenistas quisieron hacerla de tos, pero salvo el pataleo en corto, no se atreven a ir más allá. Aguantarán, y ya se anuncia un despido masivo de empleados para el inicio del 2025. Como en la película La Ley de Herodes, los diputados ya están aprobando incrementos a las tarifas de los servicios públicos, concretamente agua, predial y, ahora, quieren cobrar por el alumbrado público, un servicio que se venía financiando con la recaudación de los prediales.

San Luis Potosí, Ciudad Valles, Villa de Pozos, Matehuala, Mexquitic, Ciudad Fernández, Tamazunchale y Aquismón han sido los más afectados con los recortes, pero es en la capital potosina donde más se resiente, con un monto de 50 millones de pesos tan solo en octubre y noviembre.

A la presidenta Sheinbaum no parece importarle lo que pasa en los municipios; allá que se arreglen los gobiernos locales, pero la falta de recursos puede representar un problema de alcances muy peligrosos.

Si los gobiernos municipales no saben cómo sortear la crisis, comenzarán por despidos masivos de trabajadores, luego se olvidarán de hacer obras y, finalmente, se corre el riesgo de que corten servicios básicos a la población, justo como agua y alumbrado público.

Ante una crisis económica de los gobiernos municipales, la población queda en estado de indefensión, lo que constituye un fabuloso caldo de cultivo para los grupos de la delincuencia organizada, ahora conocidos como “grupos generadores de violencia”.

Y si a esto sumamos el vínculo directo de algunos alcaldes con esos grupos, a los que les dejan la operación de la obra pública, el comercio y las direcciones de seguridad, la situación se torna aún más complicada.

No hay promesa de que el gobierno federal pueda reponer esos recursos en el 2025 y no hay diputados que puedan hacer algo; todos votan en automático, en modo zombie, así que los ediles y gobernadores tienen dos opciones: o se aguantan, o se aguantan.

FONDO GENERAL OCTUBRE 2024

P.D.1.- El presidente municipal de Matehuala salió más cochino y trompudo que todos sus antecesores juntos. Apenas llegó, se dedicó a hacer pagos a contratistas fantasmas y factureros, y agotó los recursos destinados para los aguinaldos. Este sábado, en sesión extraordinaria, su cabildo (del PRIAN) le autorizó contratar deuda por 10 millones de pesos. Y vendrán cosas peores, dice la Biblia.

P.D.2.- El de Rioverde no canta mal las rancheras. Acostumbrado a imponerse por las buenas, por las malas o por las peores, el alcalde Arnulfo Urbiola se pasa por el arco del triunfo las disposiciones legales, concretamente la orden del Tribunal Electoral para que incorpore al cabildo al emecista Salvador López. El caprichito ha ido escalando sin que alguien de la Secretaría General de Gobierno se asome siquiera. Ya son dos los alcaldes de municipios importantes que se están saliendo de control. Que no se queje nadie si dentro de algunas semanas hay problemas serios en esas demarcaciones.

P.D.3.- Triste, pero cierto. El Hospital Central va de mal en peor ahora que lo administra el gobierno federal. Como opción para emergencias, ya no funciona; como hospital de especialidades, tampoco. Ya ni siquiera es opción para los estudiantes. Alguien debe emprender el rescate de esa prestigiada institución hoy vilipendiada por la Cuarta Transformación, que vino a ser la desgracia de tan noble nosocomio.

P.D.4.- En Villa de Reyes, el presidente municipal, Ismael Hernández Martínez, no da pie con bola. Tiene el tiradero municipal prendido, las calles sucias y un desorden general. Eso sí, se siente muy importante, tanto que se pasea por el pueblo en tremendos camionetones, rodeado de guaruras y aduladores. En su realidad, se sintió con la autoridad de maltratar a altos ejecutivos de la BMW, que ya no ven lo duro, sino lo tupido con él. ¡Telleeeeesssss!

Hasta la próxima.

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