El gobierno mexicano cerró recientemente un albergue para migrantes en Ciudad Juárez, un punto crítico en la frontera con Estados Unidos, en medio de la creciente preocupación por la llegada inminente de una caravana de miles de migrantes. Este albergue, ubicado a menos de un kilómetro del puente internacional Paso del Norte, era la única instalación federal destinada a recibir a personas indocumentadas en la región.
La decisión ha generado controversia entre activistas y organizaciones que trabajan con migrantes. Rosa Mani Arias, coordinadora de Servicio al Migrante en Avara Juárez, calificó el cierre como un grave error, especialmente en un contexto donde se espera que la caravana de migrantes, que actualmente se dirige hacia el norte desde Chiapas, pueda saturar los albergues civiles ya de por sí sobrecargados. “Nuestra frontera representa muchos retos todo el tiempo. A veces cuando creemos que está tranquilo, la situación puede cambiar rápidamente. Creo que es prudente mantener esta infraestructura disponible”, comentó Mani Arias.
La Embajada de Estados Unidos reportó recientemente una disminución del 50% en los encuentros con migrantes irregulares en las últimas seis semanas, lo que se ha atribuido a las nuevas políticas del presidente Joe Biden que buscan restringir el asilo y acelerar las deportaciones. No obstante, los datos del gobierno mexicano revelan que, entre enero y mayo de 2024, se registró un récord de casi 1.4 millones de migrantes, marcando un aumento del 650% en comparación con el año anterior.
El padre Juan Carlos López Moreno, vocero de la Diócesis de Ciudad Juárez, que gestiona la Casa del Migrante, cuestionó el cierre del albergue y advirtió que la situación migratoria sigue siendo una preocupación persistente. “El problema de la migración no ha terminado. Aunque hay una ligera disminución en la presencia de migrantes en Juárez, no podemos asumir que la situación está bajo control”, señaló López Moreno. También agregó que, aunque la comunidad local ha respondido generosamente, los recursos disponibles son insuficientes para cubrir la demanda creciente.
Con la llegada esperada de la caravana y la capacidad de los albergues locales en duda, la situación en Ciudad Juárez sigue siendo incierta y el debate sobre la gestión de los recursos para los migrantes continúa siendo un tema crítico para las autoridades y la comunidad.
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