La sequía extrema que atraviesa Yucatán ha comenzado a manifestarse visiblemente en los cenotes y ojos de agua que empiezan a secarse, afectando a las comunidades locales y a su entorno natural. En el centro de la comunidad de Tahcabo, en Calotmul, al oriente del estado, la falta de lluvias ha comenzado a causar estragos evidentes.
Con temperaturas superiores a los 40 grados durante 20 días consecutivos, la naturaleza ha mostrado su lado más implacable. El cenote de Tahcabo, una fuente vital de agua y recreación para los residentes, está prácticamente seco. Guadalupe Hernández, una turista que frecuentaba el cenote con su familia, expresa su tristeza: «Me da mucha tristeza, porque con mi familia siempre veníamos acá a refrescarnos, más en esta temporada de calor, pero la verdad verlo ahora todo seco sí nos da sentimiento. Ni modo, tenemos que buscar otros sitios para ver dónde poder ir, pero sí es lamentable lo que está pasando».
Yucatán está viviendo una de las peores temporadas de calor y una histórica sequía extrema. Los niveles del manto freático han alcanzado un punto crítico. Manuel Sánchez, director de la Unidad de Manejo Ambiental, comenta: «La sequía está muy terrible acá, ha pegado muchísimo, esto era un lago que ahora está completamente seco».
En El Cuyo, otra región de Yucatán, los incendios han devastado la Reserva de la Biósfera de Río Lagartos. Una laguna seca en la zona es un claro indicio del calentamiento global que afecta al planeta. Anteriormente, el agua en la laguna alcanzaba los tres metros de profundidad; hoy, la tierra es polvo árido y el mangle prácticamente se ha secado.
La subida de las temperaturas ha afectado no solo a la fauna, sino también a los humanos. La escasez de agua ha secado pozos artesanales y ha complicado la vida en general. «La temperatura ha subido bastante y eso afecta completamente a todos, no sólo la fauna, a todos, fauna y humanos, a todos en general. Escasez de agua, se secan los pozos artesanales, todo conlleva a eso», agrega el funcionario.
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