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¡Mucho ojo! Así llegan hombres y mujeres al multiorgasmo

La posibilidad de ser multiorgásmico no se limita a un pequeño porcentaje de mujeres, como se supone, sino que a través de la práctica, el autoconocimiento y la decisión de uno mismo todos podemos serlo, incluso los hombres. Al fin y al cabo no es difícil, solo se trata de querer y saber.

Sí, esta capacidad multiorgásmica la tenemos de fábrica, pero cada uno la desarrolla de manera diferente. Hay personas con más facilidad, otras que prefieren no provocarse más de un orgasmo, y otras que no saben cómo conseguirlo porque, para ello hay que saber identificarlo y conocerse mucho a uno mismo.

Aprender a identificarlos

El multiorgasmo es la sucesión de orgasmos, ser capaz de llegar a la fase de éxtasis o clímax varias veces dentro de una misma relación o acto sexual. Y la estimulación juega un papel muy importante en ello. Después del orgasmo pueden pasar dos cosas: que tengamos que parar durante unos minutos porque la piel y los tejidos están muy sensibles y la estimulación resulta molesta, o que el proceso de estimulación sea continuo aun habiendo llegado al orgasmo y se pueda conseguir experimentar placer de manera continuada.

Etapas del orgasmo masculino y femenino Irene Bedmar

Si identificamos las ‘etapas’ de la relación sexual, podemos diferenciar la excitación, la meseta, el orgasmo, la resolución y, en el caso de los hombres, el período refractario final.

Según explica la psicóloga y sexóloga Irene Bedmar, el multiorgasmo sería la capacidad para alcanzar la fase del orgasmo más de una vez -considerando un tiempo mínimo de segundos o pocos minutos entre cada uno de ellos- y, así prolongar las fases de meseta y orgasmo mientras se mantiene la estimulación necesaria para seguir y controlar a voluntad un alto grado de excitación sexual.

María Martínez, psicóloga, sexóloga y terapeuta de pareja, clasifica los orgasmos continuados en dos tipos: secuenciales y múltiples. Los secuenciales son aquellos en que entre uno y otro hay un pequeño descanso -por ejemplo para ir al baño o picar algo- y luego se continúa.

Los múltiples, en cambio, son aquellos en que tras el primero no cesa la estimulación y vuelve a llegar otro, y luego otro, hasta cuantos se quiera. Los multiorgasmos se identificarían como orgasmos múltiples.

El hándicap de los hombres

Pero no todo es tan fácil como saber identificarlos. Según Irene Bedmar, los hombres presentan una complicación para desarrollar el multiorgasmo que las mujeres no tienen: el periodo refractario, la fase de recuperación después de la eyaculación, que puede variar entre 30 minutos y varias horas, según el varón.

Esta fase perjudica el tener varios orgasmos seguidos, pero no lo impide por completo. La clave, dice María Martínez, es evitar la eyaculación pero no el orgasmo, puesto que una va seguido del otro, pero no son lo mismo: “se puede eyacular sin tener un orgasmo o tener un orgasmo sin eyacular”, afirma.

Entonces, ¿cómo podemos conseguirlo? Núria Jorba, psicóloga, sexóloga y terapeuta de parejas, explica que se trata de conocer el propio cuerpo y la propia sexualidad, salir de los pasos estándares marcados e investigar las sensaciones y, sobre todo, tener paciencia y no esperar un resultado al instante.

También existen algunos trucos, recomendados por Irene Bedmar, para poder desarrollar y entrenar el multiorgasmo.

Trucos para potenciar el multiorgasmo

1.- Practicar los ejercicios de Kegel, que sirven para tonificar la musculatura pélvica y aumentar la percepción de las sensaciones placenteras asociadas al orgasmo.
2.- Entrenar la mente para potenciar el erotismo y capacidad de fantasear.
3.- Con técnicas como la imaginación temática, la lectura de relatos eróticos o la visualización de material sexualmente estimulante para esa persona.
4.- Las técnicas de relajación, respiración y ‘mindfulness’ podrán facilitar la atención sensorial y, por tanto, podrían mejorar la intensidad de los orgasmos.
5.- Aumentar el tiempo y la calidad de las caricias para permitir una excitación sexual adecuada.
6.- Practicar la masturbación solo cuando realmente se desee. Hacerlo de forma sin ninguna carga emocional negativa como la culpa o la vergüenza.
7.- Mantener una buena comunicación sexual con la pareja.
8.- No forzar nunca el orgasmo ni ninguna otra práctica sexual y mantener una actitud abierta y flexible hacia la propia sexualidad.

María Martínez recalca que, lo primero, es la voluntad de querer tener más de un orgasmo: «Hay que tener en cuenta o preguntarse si se quiere tener más de uno. Hay personas que después de llegar al orgasmo se sienten tan a gusto y relajadas que no quieren tener más ni seguir con la relación sexual. Y está bien.»

Las claves

1. Conocerse uno mismo
Las tres sexólogas consultadas coinciden en que es indispensable conocerse bien uno mismo para poder saber cómo obtener más placer. María Martínez lo explica: «Hay que dedicar tiempo a explorarse y conocerse para ver cuál es la forma de seguir estimulando el cuerpo y que sea agradable».

En el momento en que el cuerpo de la mujer se está recuperando del orgasmo, Martínez recomienda probar distintos tipos e intensidades de estimulación según el grado de sensibilidad. También, afirma, se puede utilizar lubricante para que todo sea más deslizante, se elimine la fricción y no se produzca irritación durante la estimulación que impida continuar.

2. Practicar y practicar
La práctica es crucial para poder desarrollar el orgasmo al completo y poder disfrutar de una sexualidad más cómoda y placentera. María Martínez recuerda que el objetivo de todo es el placer.

Irene Bedmar recomienda no forzar ninguna práctica sexual, ni a solas ni en pareja, ya que muchas veces nos empeñamos en forzar una determinada actividad o juego sexual por moda, por presión social o por pura autoexigencia, y entonces aumenta la aparición de emociones negativas como la frustración, la rabia o la tristeza.

María Martínez señala los dos mejores momentos para practicar el multiorgasmo: cuando la mujer esté ovulando, porque las hormonas ayudan a alcanzar el orgasmo, y por la mañana, ya que por la noche los hombres producen testosterona.

Explica que, en el caso de los hombres, se trata de parar justo cuando se note que está llegando el momento del orgasmo, pero sin esperar a alcanzar el punto de no retorno, la eyaculación.

Con información de La Vanguardia

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