
Eran las dieciocho horas del 23 de enero, cuando en el edificio sede del PRI llegaba el féretro con el cuerpo de Aurelio Gancedo, el lugar completamente repleto de amigos y compañeros del militante.
El rostro tricolor tenía dolor y sangre, las lagrimas y el llanto de tristeza en las gargantas de los dolientes, sus amigos, sus adversarios, todos presentes. Esperancita Rodríguez Gámez su madre y Yolanda Eugenia González Hernandez, su segunda madre no podían con tanto dolor pero, guerreras como son, firmes se mantuvieron frente al féretro.
El primero en hablar fue Edmundo Torrescano, presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI, con voz entrecortada exigió a las autoridades celeridad en la investigación, repitió la frase que mencionó en una entrevista por la mañana de ese mismo día “todo el que se aprecie de ser priísta conoció a Aurelio Gancedo”.
Después habló Yolanda Eugenia, en su discurso exhortó a la nueva generación del Revolucionario Institucional, a seguir los pasos de Gancedo. Le siguió Pascual Gilbert quien no quería soltar el micrófono. Todos lloraron, lloraron de rabia y dolor, de impotencia. La incomprensible muerte de Aurelio dejó a todos sin palabras.
Después la señora Esperanza Rodríguez, relató algunas anécdotas de su hijo, doña Esperanza les hizo recordar que la mejor forma de honrarlo es luchar para que nadie pisotee al PRI, como le pedía a su madre cuando encontraba algún emblema de su partido tirado en la calle, finalizó pidiendo un aplauso para su hijo y para el partido que lo vio crecer. A distancia, el gobernador, Juan Manuel Carreras, abrazaba a Yolanda Eugenia, siempre de pie pero con el corazón destrozado.
Un minuto de aplausos fue poco para tantas lágrimas de dolor y reconocimiento que los priístas le ofrendaron a Aurelio en su ultima visita a su segunda casa, la sede del comité estatal del PRI en San Luis Potosí.
Al salir el féretro fue imposible no escuchar el llanto de varias personas ahí presentes, Margarita Fiscal y sus hijas, inconsolables. El gobernador, intentaba disimular, pero su rostro reflejaba la profunda tristeza que la muerte de su compañero le provocó. Cecilia González, Marianela Villanueva, Isabel Merlo Talavera, la diputada Rosario Sánchez, de las que también se veían cabizbajas y sollozando. Daniel Serrano, Martín Juárez, Mauricio Konishi, Patricia Celis, Marta Orta, algunos de los ahí presentes.
El evento duró media hora, el féretro fue retirado para continuar la liturgia evangélica que profesa a familia de Aurelio.
https://www.youtube.com/watch?v=t4MTHW-tY9w
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