
Policías e inspectores, en cumplimiento de las ordenes de Xavier Nava, volvieron a atacar a comerciantes tradicionales que trabajan en el Centro Histórico, con la intención de impedir que vendan sus productos durante los días en que se celebra el 14 de Febrero. Ernesto Flores, un legendario líder, dijo que, si el doctor Nava viviera, se volvería a morir porque Xavier Nava es una vergüenza.
Gritando de impotencia y desesperación, los comerciantes enfrentaron a medio centenar de inspectores y otro grupo de policías municipales.
En segundos, el operativo concentró a decenas de curiosos a un costado de la Catedral Metropolitana donde por momentos asomó la violencia, personificada por agentes municipales e inspectores de Comercio en modo gorila, cual sicarios al servicio del alcalde.
Isabel López Navarro, una de las víctimas recurrentes del Ayuntamiento capitalino, dijo que Xavier Nava discrimina a la gente pobre, a los que trabajan, pero protege a los delincuentes. Añadió que los comerciantes pagan su derecho de piso y amenazó con irrumpir en la inauguración en la feria del chocolate si inspectores y policías continúan agrediéndolos.
Enfundados en chalecos azules y naranjas, los sicarios de Nava intentaron desmantelar unos puestos, pero con valor y dignidad, las mujeres, hombres y niños defendieron su patrimonio aunque, en el forcejeo, perdieron algunos de sus productos como dulces y chocolates.
Tras un acuerdo entre los comerciantes, decidieron moverse al pasaje de Zaragoza donde permanecerán los próximos días.