Indignación y molestia ha causado entre la sociedad potosina la postulación de Ignacio Rafael Acosta Díaz de León como candidato a presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) dado el negro historial y las malas cartas de presentación que tiene ya que han sido varias las ocasiones en que ha sido señalado por violencia y discriminación en perjuicio de personas con discapacidad, de ahí que, ahora, se esté haciendo una solicitud pública al Congreso del Estado para que lo descarten del listado de candidatos.
Acosta Díaz de León, ciertamente, cuenta con trayectoria en lo relativo a las políticas y públicas y el trato con las personas con discapacidad, pero en todas estas ocasiones, según refieren activistas y ciudadanos en general, ha demostrado ser un perfil que no cuenta con la experiencia, la capacidad ni la sensibilidad para ocupar un cargo tan relevante como lo es la presidencia de la CEDH, encomienda para la que se ha postulado desde hace más de 15 años.
Uno de los casos más lamentables fue cuando la LXIII Legislatura del Congreso del Estado lo designó como responsable del desarrollo de la Consulta para Personas con Discapacidad, sin embargo, desde el inicio, se dirigía de manera despectiva hacia los integrantes de los colectivos y ciudadanos que acudían a los foros. Poco después, al darse cuenta de todo el trabajo que implicaba su responsabilidad, decidió renunciar y dejar la encomienda tirada.
Colectivos y activistas coinciden en señalar que es un perfil no apto para Derechos Humanos ya que nunca ha demostrado tener el compromiso para ayudar a quien lo necesita, sino que, refieren, pareciera tener la intención de involucrarse en la agenda pública para acceder a cierto tipo de información y conseguir beneficios personales, de ahí que se esté reiterando el llamado a los diputados para que no lo tomen en cuenta y, en su lugar, elijan a alguien que sí tenga el perfil y el compromiso que demanda un cargo de esta naturaleza.
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