Dos años han pasado desde que Xavier Nava asumió funciones como presidente municipal de San Luis Potosí, tiempo en que la inseguridad y la violencia han ido en aumento de forma constante; las estrategias del alcalde, lejos de traducirse en beneficios para los potosinos, han sido un gasto desmedido que no logra atender el problema, pero que, de acuerdo con diversas versiones, ha representado jugosos negocios para el edil y su grupo de amigos.
Fueron los propios regidores capitalinos quienes denunciaron una nueva irregularidad cometida por la presente administración; se trata de una represupuestación por 28 millones de pesos para adquirir camaritas de vigilancia que, según el alcalde, se habrán de instalar en varias colonias de la capital para disuadir la actividad delictiva.
Los regidores señalan, con fundamentos, que dicho equipo será insuficiente para cubrir toda la ciudad, además de que su instalación no garantiza el combate a la inseguridad o la violencia pues, mientras no haya una coordinación efectiva o acción inmediata por parte de las corporaciones policiacas, cualquier cámara de vigilancia sólo estará de adorno.
La regidora Ana Rosa Pineda Guel, integrante de la Comisión de Hacienda Municipal, dio a conocer que la administración realizó una adecuación presupuestal de 28 millones de pesos para un sistema de seguridad vecinal que se traduciría en mil 500 cámaras, dos mil botones de seguridad y 420 alarmas vecinales, sin embargo, la represupuestación no viene acompañada de un proyecto integral por lo que no se sabe con exactitud de dónde sacó Nava Palacios ese recurso.
El temor de los regidores y de la ciudadanía en general es que este dichoso proyecto sea otra tomada de pelo del alcalde, tal como sucedió con las patrullas que contrató por millones de pesos y que ahora tiene arrumbadas en los corralones o las luminarias con las, como arte de magia, iba a desaparecer la delincuencia, la mayoría de ellas ahora descompuestas, fundidas o con fallas severas en su funcionamiento.
Lo más probable, y así lo sostienen diversas versiones, es que de nueva cuenta, Xavier Nava está buscando la forma de hacer negocio con sus amigos de siempre, ahora con la excusa de las cámaras de vigilancia, ignorando por completo el funcionamiento del C3, del C4 y del C5i2, instancias que, por cierto, también han resultado inútiles pues, cuando se comete cualquier delito, siempre salen con que, específicamente, esa cámara, no funcionaba.
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