El pintor, Edgardo Regil Alarcón, es originario de Toluca, sin embargo, su familia se mudó a San Luis Potosí desde que él era muy pequeño. En cuento llegó a lo que antes era considerado el kinder, él descubrió que tenía habilidades para la escultura y la pintura; su abuelito, su padre y su maestros de quinto grado de primaria, fueron sus alentadores y lo encaminaron y alentaron para seguir desarrollando su talento en el mundo del arte.
Recordó que las primeras palabras de aliento fueron las de su abuelo, «Tu vas a ser un escultor», así le dijo cuando le mostró una vaca de plastilina que hizo en el kinder.
«Tiempo después, cuando estaba en la primaria, todos mis compañeros eran mejor que yo en las diferentes materia que teníamos, pero nadie era mejor que yo en el dibujo» dijo Edgardo Regil Alarcón, para Potosinos en el mundo.
En 1965 se abrió el Instituto Potosino de Bellas Artes (IPBA) y en cuanto abrió sus puertas el Instituto, Edgardo le insistió a su padre para poder inscribirse, pero en ese tiempo no era sustentable, fue hasta el año 1967 que logró inscribirse y ser parte de un curso de Grabado, desde entonces forma parte del IPBA. Desde escultura, dibujo, pintura, entre otras materias del mismo curso, el pintor potosino logró destacar por su gran facultad y habilidad, tanto, que fue considerado como docente para la misma Institución.
Su talento en el dibujo y su habilidad en la combinación de colores lo hizo destacar en varios concursos del estado, logrando que sus creaciones se han expuestas en varios estados del país.
Desde hace 48 años hasta el día de hoy, Edgardo es parte de la docencia del IPBA y tiene una gran y larga trayectoria en pintura, así como esculturas. Le aconseja a todos sus alumnos, y a todos los interesados que quieran dedicarse a la pintura, que, si tienen la facilidad y el gusto de dibujar, lo hagan.
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