Un voraz incendio en Pacific Palisades, Los Ángeles, amenaza con extenderse hacia el valle de San Fernando debido a fuertes vientos. Las llamas, activas desde el martes, han dejado al menos 24 muertos, 12 mil estructuras dañadas o destruidas y 100 mil evacuados, según autoridades.
Los incendios han devastado 157 kilómetros cuadrados, una extensión casi tres veces mayor que la isla de Manhattan. Equipos con perros rastreadores buscan desaparecidos entre los escombros mientras los residentes intentan regresar a sus hogares, aún en zonas peligrosas.
Aviones lanzan agua y retardantes para contener las llamas, y la declaratoria de catástrofe grave del presidente Joe Biden permite el despliegue de ayuda federal a través de FEMA.
El gobernador de California, Gavin Newsom, calificó el desastre como el peor en la historia del estado y anunció un plan de reconstrucción. En tanto, las críticas por el manejo de la crisis, incluidas las del presidente electo Donald Trump y el futuro vicepresidente JD Vance, han intensificado el debate político.
La policía informó el arresto de 29 personas por saqueos en las zonas afectadas, mientras Newsom desmintió rumores sobre la despenalización de estos delitos difundidos por Elon Musk.
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