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El plástico, en general, enfrenta un escrutinio creciente por sus métodos de fabricación y las sustancias químicas utilizadas, así como su impacto en la salud. Entre los plásticos, el negro ha llamado particularmente la atención. Este material oscuro se usa comúnmente en envoltorios de electrónica y utensilios de cocina, obteniendo su color del negro de carbón, un hollín derivado del petróleo. Si bien refuerza la resistencia, su uso plantea interrogantes sobre su sostenibilidad y seguridad.
Uno de los principales problemas con el plástico negro es su dificultad para reciclarse. Las instalaciones de reciclaje utilizan escáneres infrarrojos para clasificar los plásticos, pero los pigmentos oscuros del plástico negro a menudo interfieren con estos escáneres, lo que resulta en que termine en vertederos. Esta situación ha llevado a organizaciones como Greenpeace a pedir la prohibición del plástico negro, uniéndose a la lucha contra otros plásticos de un solo uso. Algunos centros de reciclaje están experimentando con inteligencia artificial para mejorar la identificación del plástico negro, pero hasta que esta tecnología se adopte ampliamente, gran parte de este material seguirá siendo desechado.
Además de los problemas de reciclaje, estudios recientes han revelado la presencia de retardantes de llama tóxicos en productos de plástico negro, como vajillas y juguetes. Un estudio publicado en Chemosphere identificó estos retardantes en 17 de 20 muestras analizadas, aunque una corrección posterior ajustó la exposición diaria segura recomendada por la EPA del 80% al 8%. Aunque algunos expertos cuestionan la relevancia de estos riesgos, hay evidencia de que el plástico negro podría estar hecho de residuos electrónicos reciclados, que contienen retardantes de llama como el éter de decabromodifenilo (decaBDE), asociado con problemas de salud en estudios con animales. La EPA ha restringido severamente el decaBDE, pero su presencia persistente en el plástico negro y los vertederos representa un riesgo, especialmente para las comunidades indígenas.
La controversia en torno al plástico negro subraya las deficiencias del reciclaje de plásticos en general. Solo un pequeño porcentaje del plástico fabricado se recicla, en parte porque los productos de plástico no están diseñados para pasar eficientemente por el proceso de reciclaje. Mientras se negocia un tratado mundial sobre el plástico, que podría abordar los plásticos con sustancias químicas nocivas o difíciles de reciclar, algunos expertos recomiendan evitar el plástico negro al comprar nuevos productos, priorizando alternativas más seguras y sostenibles.