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Una persona hipersensible, ¿nace o se hace?

Por Estefanía López

Como lo vimos en columnas pasadas, hipersensibilidad es un rasgo de personalidad caracterizado por una mayor sensibilidad emocional, sensorial y empática. Una persona hipersensible suele experimentar emociones más intensas y duraderas que los demás, y pueden ser más afectadas por el estrés y la ansiedad. 

La hipersensibilidad es un rasgo de personalidad que puede tener componentes tanto innatos como adquiridos. Algunas personas pueden nacer con una tendencia natural a ser más sensibles, mientras que otras pueden desarrollar hipersensibilidad debido a experiencias y circunstancias de la vida. 

Factores innatos: 

Genética: Ser una persona hipersensible puede tener un componente genético, ya que algunas personas pueden heredar una mayor sensibilidad emocional y sensorial de sus padres.  

Temperamento: El temperamento de una persona, que se forma en la infancia, puede influir en su nivel de sensibilidad. Algunos temperamentos, como el temperamento melancólico, tienden a ser más sensibles. 

Factores adquiridos: 

Experiencias tempranas: Las experiencias adversas en la infancia, como el abuso o la negligencia, pueden aumentar la sensibilidad de una persona. 

Trauma: Las experiencias traumáticas, como la pérdida de un ser querido o un evento estresante, pueden hacer que una persona se vuelva hipersensible. 

Ambiente: El ambiente en el que se crece y se desarrolla puede influir en la sensibilidad de una persona. Por ejemplo, un ambiente muy crítico o exigente puede aumentar la sensibilidad. 

Aprendizaje y modelado: Las personas pueden aprender a ser más sensibles observando y imitando a otros, como padres o figuras de autoridad. 

Es posible trabajar para reducir o gestionar la hipersensibilidad. Aquí hay algunas estrategias que pueden ser de ayuda: 

  1. Autoconocimiento: Entender y aceptar tus patrones de pensamiento y comportamiento puede ayudarte a identificar y cambiar tus reacciones hipersensibles.
  2. Técnicas de relajación: Prácticas como la meditación, el yoga o la respiración profunda pueden ayudar a reducir la ansiedad y la tensión asociadas con la hipersensibilidad.
  3. Reestructuración cognitiva: Cambiar patrones de pensamiento negativos o distorsionados puede ayudar a reducir la hipersensibilidad.
  4. Desarrollo de habilidades de afrontamiento: Aprender a manejar el estrés y las situaciones difíciles de manera efectiva puede reducir la hipersensibilidad.
  5. Terapia: La terapia cognitivo-conductual (TCC) o la terapia psicodinámica pueden ser útiles para abordar la hipersensibilidad.
  6. Establecer límites: Aprender a establecer límites saludables con los demás puede ayudar a reducir la sobrecarga sensorial y emocional.
  7. Cuidado personal: Cuidar de tu salud física, emocional y mental puede ayudar a reducir la hipersensibilidad.
  8. Exposición gradual: Gradualmente exponerte a situaciones que te generan ansiedad o estrés puede ayudar a aumentar tu tolerancia y reducir la hipersensibilidad.

Recuerda que cada persona es única, y puede ser necesario experimentar con diferentes estrategias para encontrar lo que funciona mejor para ti. La ayuda de un profesional de la salud mental puede ser valiosa en este proceso. 

 

Estefanía López Paulín
Contacto: psc.estefanialopez@outlook.com
Número: 4881154435 

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