“Aquí murieron tres niños; tenían un año y medio, cuatro y seis años”, menciona Ogun Sever Okur, un hombre que colocó decenas de globos rojos sobre las ruinas de edificios derrumbados por el terremoto del 6 de febrero, el cual devastó el sur de Turquía.
El acto que realizó Ogun le dio la vuelta al mundo por su conmovedor detalle, ya que explica que esos globos son el último regalo de los pequeños que murieron en el sismo.
Ogun comenzó a colocar globos desde el 12 de febrero (seis días después del terremoto) en los escombros de lo que alguna vez fueron casas de Antakya, dicha ciudad tenían un poblado de 400 mil habitantes, ahora solo se escucha el ruido de las máquinas que recogen los restos de los hogares destruidos.
Hasta la fecha de hoy 22 de febrero, se registra un saldo de 42 mil víctimas, las cuales murieron en en Turquía a causa del terremoto del 6 de febrero; cifra que asciende a 46 mil si se suman los que murieron en Siria, país vecino.