Conforme se acercan los tiempos, en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) se van dibujando los grupos políticos que quieren disputar al rector, Alejandro Zermeño, su reelección. Tener el control de la Universidad es una gran tentación para muchos en el ámbito de los hombres poderosos de la comarca del potosí. Siempre ha sido así.
La historia universitaria da cuenta de las intromisiones, en su momento, de los gobernadores, partidos políticos, grupos de choque y de presión. En esta ocasión la cosa no es distinta.
Alejandro Zermeño es un hombre decente que rompió paradigmas y que ha resultado incómodo para grupos de presión al interior de la Universidad.
Cuando ha sido necesario, ha fijado posiciones firmes; lo mismo ante el gobierno Federal que del Estado, que ante el Instituto de Fiscalización y hasta con el propio alcalde capitalino que al inicio de su gestión cayó en una tentación que, afortunadamente no pasó a mayores, pero dejó rastro en los edificios que vandalizaron jóvenes inquietos.
Hace cuatro años, Alejandro Zermeño trabajó con precisión quirúrgica su elección. Luchó contra las viejas estructuras de la universidad que su antecesor, Fermín Villar Rubio, manejó torpemente. Supo construir acuerdos y ganó sin padrinos, sin intromisiones del poder político. Ahora, se supone que tiene el control del Consejo Directito Universitario.
Pero Zermeño tiene reta. Se trata Pablo Nava y de Lupita Briano. Las aspiración de ambos es legítima, pero es Briano la que ha desplegado una red de poder respaldada por Ricardo Daniel Centeno, actual director de los COBACH y Carlos González, exdirector de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA), presuntamente dolorido por incumplimiento de promesas del actual rector, lo que le ha llevado a desquitarse, ejerciendo violencia de género en contra de Hilda Lorena Borjas, actual directora de la FCA.
Lupita es una universitaria privilegiada, pero se está dejando llevar peligrosamente por personajes que no buscan el beneficio de la Universidad porque los mueve el odio, la venganza, la envidia y la ambición de poder.
En la rueda de prensa en la que presentó su propuesta, Lupita Briano lució desencanchada, una carta de buenas intenciones le hizo aparecer como ignorante de los problemas reales de la universidad; además, se resistió a fijar una postura firme respecto del hostigamiento que sufre la institución a través del órgano fiscalizador del Estado y de algunos funcionarios de primer nivel del Gobierno del Estado
Del arquitecto Pablo Nava, profesor hora clase en la Facultad deL Hábitat y Expresidente del Colegio de Arquitectos, se puede decir que es un contrincante modesto en busca de que alguien le haga justicia a su carrera como docente, en la que nadie -según ha dicho en entrevistas- le hace justicia a los profesores, laboralmente hablando.
La UASLP siempre es una tentación para aquellos que creen que se trata de una mina de oro que, ciertamente lo es, es una rica mina del conocimiento, aunque muchos no están dispuestos a aprender.
El mejor ejemplo de una competencia entre personas inteligentes con proyectos genuinos es la elección de Leonardo Lomelí, quien ahora es el nuevo rector de la UNAM.
Lupita Briano es investigadora y tiene una importante trayectoria académica; Pablo Nava, como ya dijimos, es muy modesto pero tiene conexiones perversas.
Zermeño es un hombre con prestigio en su profesión, con un estatus social honorable y como rector se conocen sus conexiones con la élite académica de México. Como rector de la UASLP está consolidado como una figura de respeto de manera que la propaganda negra que han empezado a correr en su contra solo deja ver la calaña de los que quieren apoderarse de nuestra máxima casa de estudios.
Que no se atrevan los perversos a ensuciar la elección de rector porque no tiene idea del daño que le pueden hacer a la institución y las consecuencias que pueden tener la perversiones en medio de un proceso político electoral que tiene a la sociedad polarizada.
Cabe aquí recordar la máxima que aconseja que no le busquen tres pies al gato, porque tiene cuatro.
P.D.1.- Que las que ponen gorro son las hermanas Ochoa Limón. Ambas comparten la diputación local por el Partido Verde. Actualmente, es Cecilia la coordinadora de la bancada del Verde, pero su hermana, que ya disfrutó por año y medio el cargo, se empeña en andar pegada de la diputada; a grado tal que resulta incómoda y molesta, tanto para los legisladores como para empleados del Poder Legislativo. Que alguien le diga a doña Nadia Ochoa Limón que ya deje a su hermana demostrar sus habilidades.
P.D.2.- En el PRI ya hay candidatos a las presidencias municipales. Pero es Enrique Galindo la figura principal. Los que saben dicen que en silencio, Galindo ha puesto orden en la casa y ha cortado muy elegantemente con algunos actores y liderazgos que estaban fingiendo el trabajo en tierra. ¡¡Ups!! Aun hay varios vivos.
P.D.3. – Paola Longoria, la multicampeona de racquetbol se va de candidata a diputada federal por Movimiento Ciudadano en Nuevo León. La deportista potosina se retirará de las canchas para hacer campaña y contraer nupcias el próximo mes de mayo. Suerte a la joven Longoria.
P.D.4.- Que un fantasma de fractura amenaza el poder electoral del Partido Verde. La razón: se sobrepobló de aspirantes a cargos de elección popular.
Hasta la próxima.