Han pasado más de dos décadas desde que la industria del turismo espacial dio sus primeros pasos, y aunque sigue siendo joven y cuenta con pocos actores y vehículos operativos, ha logrado establecer hitos significativos. Hace un mes, la empresa Virgin Galactic finalmente concretó su primer vuelo comercial suborbital, llevando a tres clientes a una altitud de 80 kilómetros sobre la Tierra, un logro que siguió a años de pruebas fallidas y retrasos. Sorprendentemente, uno de los clientes había comprado su pasaje ¡18 años atrás!
En los últimos años, el turismo espacial se ha convertido en un campo de batalla entre magnates que han invertido miles de millones de dólares en el negocio. Richard Branson fundó Virgin Galactic, seguido por Jeff Bezos (fundador de Blue Origin) y Elon Musk (SpaceX). Aunque la industria se concentra principalmente en Estados Unidos, se ha observado un crecimiento en el desarrollo privado en la Unión Europea, Rusia, China y Japón.
Hasta ahora, el mercado ha demostrado una gran paciencia por la oportunidad de explorar el espacio. Miles de personas han comprado sus asientos por alrededor de 450 mil dólares con años de anticipación. Las empresas comprenden que acelerar los procesos de seguridad podría no solo poner en peligro sus propias operaciones, sino también dañar la confianza necesaria para el crecimiento continuo del mercado.
La línea de Kármán, ubicada a 100 kilómetros sobre el nivel del mar, marca el límite entre la atmósfera terrestre y el espacio exterior. Por encima de esta altitud, un avión no puede funcionar debido a la falta de aire para sustentar sus alas. Aunque técnicamente no alcanzan esta altitud, los vuelos suborbitales ofrecen una visión panorámica de la Tierra y unos minutos de ingravidez, lo que los convierte en la opción más popular para los viajeros espaciales.
La otra opción, mucho más costosa y riesgosa, son los vuelos orbitales que emulan la experiencia de los astronautas y alcanzan la órbita terrestre baja, incluyendo visitas a la Estación Espacial Internacional. Sin embargo, estos viajes son exclusivos para multimillonarios, con precios que ascienden a los 45 millones de dólares.
En los últimos años, la experiencia virtual del turismo espacial ha ganado popularidad. Utilizando tecnologías de simulación, se han creado experiencias de capacitación espacial que son más accesibles en términos de costo y seguridad.
A pesar de estos avances, el turismo espacial aún carece de variedad de experiencias. La Tierra vista desde el espacio es incomparable, pero se espera que en el futuro se agreguen más opciones, como hoteles espaciales y otros destinos más allá de la órbita terrestre, para enriquecer aún más esta emocionante industria en evolución.