
En Tokio, una de las metrópolis más grandes del mundo, la prevención de inundaciones es clave para proteger a sus millones de habitantes. Los túneles de inundación de la ciudad, parte del Sistema Metropolitano de Drenaje Exterior de la Región Capital, son una auténtica hazaña de ingeniería.
Con enormes depósitos cilíndricos de hormigón, que alcanzan hasta 70 metros de altura y 30 metros de diámetro, estos túneles han sido diseñados para enfrentar las crecidas repentinas.
El sistema, que abarca una red de túneles de drenaje de 6,3 kilómetros de longitud y 10 metros de diámetro, no solo canaliza el agua de lluvia lejos de las zonas urbanas, sino que también proporciona rutas de escape en caso de emergencia. Estos túneles son una pieza fundamental de la infraestructura de la ciudad, garantizando la seguridad de los residentes y la resiliencia ante eventos climáticos extremos.
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