
La hipersexualidad se refiere a la participación anormalmente mayor o extrema en cualquier actividad sexual. Sin embargo, hoy en día, existe una tendencia a clasificar todos los comportamientos que se desvían ligeramente de la norma como trastornos mentales.
Esto también puede observarse en el campo del sexo, donde cualquiera con un deseo sexual más alto de lo que se considera normal es llamado un adicto al sexo.
En este artículo te explicaremos las tres señales para identificar una persona ninfómana, o mejor dicho, que sufre adicción al sexo o hipersexualidad.
¿Qué es la hipersexualidad?
La hipersexualidad es una conducta humana que se describe como apetito sexual excesivo. En el pasado se utilizaba el término ‘ninfomanía‘ en relación a mujeres, mientras en el caso de los hombres se denominaba ‘satiriasis’.
Sin embargo, al hablar de conducta sexual y de la manera en que la ve la sociedad, hay que tener en cuenta diferentes factores: la época, los valores sociales y culturales, principios éticos y creencias religiosas.
Aunque no existe un consenso científico respecto a la definición del término, se habla de adicción al sexo cuando la práctica sexual se utiliza para aliviar un malestar y no para buscar placer.
En las últimas décadas, se ha empezado a tratar este problema como se haría con cualquier otro tipo de adicción. Sin embargo, cada diagnóstico se realiza analizando las características individuales del paciente y tiene mucho de subjetivo.
En lugar de etiquetar a alguien como una persona ninfómana, hoy en día se habla de hipersexualidad.
3 señales de que una persona es ninfómana o hipersexual
Utiliza el sexo para sentirse mejor frente a sus problemas
El primer síntoma de cualquier tipo de adicción es la repetición compulsiva de un comportamiento para mejorar el estado de ánimo. La persona adicta al sexo, buscará tener relaciones sexuales a toda costa cuando esté teniendo problemas en su día a día ansiedad, depresión, aburrimiento).
En función de sus características individuales, podrá hacerlo mediante el uso de la masturbación y la pornografía, o con otras personas.
Aunque a primera vista esto parezca que no es dañino. Muy pronto habrá una pérdida de libertad por parte del sujeto y el sexo se convertirá en el centro de su vida. El tiempo consumido por fantasías, urgencias o conductas sexuales va a interferir con sus metas u obligaciones.
Si tiene pareja, la engaña a pesar de sentirse fatal por ello
La persona hipersexual es incapaz de resistirse a un encuentro sexual, incluso si este le perjudica. Por ello, en el contexto de una relación monógama, tendrá sexo fuera de la pareja si se le presenta la ocasión. Las ansias y fantasías sexuales serán recurrentes en el adicto al sexo, pero también el malestar emocional y la culpabilidad.
Esto no quiere decir, sin embargo, que todas las personas que le pongan los cuernos a sus parejas tengan una adicción al sexo. Así que, si le estás siendo infiel a tu pareja, pero ni siquiera lo disfrutas, pregúntate si no deberías comenzar a luchar contra tu adicción.
Busca nuevas sensaciones por encima de todo
Uno de los componentes de una libido sana es la búsqueda de variedad y nuevas emociones. Sin embargo, el adicto al sexo llega más allá.
La necesidad de experimentar nuevas sensaciones lo hará involucrarse en fantasías, conductas o urgencias sexuales sin medir riesgos. Puede caer en las parafilias más extremas consiguiendo cada vez menos estimulación de ellas.
¿Qué hacer en el caso de presentar estas señales?
La hipersexualidad ha existido desde siempre, aunque la forma de abordarla ha variado según el desarrollo y la cultura de cada sociedad. Ten en cuenta que implica un aumento de la actividad sexual que se asocia con la angustia y el deterioro funcional.
Puede deberse a múltiples factores, como puede ser el trastorno bipolar o, incluso, efectos adversos de los tratamientos. Por ello, si notas que tú o alguien cercano a ti muestra señales de adicción al sexo es importante la intervención de un especialista. Es una forma de cuidar nuestra salud sexual y nuestra calidad de vida.
Como has podido ver, ya no se habla de que una persona sea ‘ninfómana’, sino de que puede ser hipersexual.