Se estima que las inundaciones han afectado gravemente la región, causando la pérdida de aproximadamente dos mil 500 hectáreas de cultivos, principalmente de caña de azúcar, y daños a unas 800 viviendas. En respuesta a la presunta negligencia, los habitantes bloquearon accesos al tramo 7 del Tren Maya y amenazaron con cerrar la carretera federal 186 como medida de protesta.
Juan Manuel Juárez Campos, presidente del Comisariado Ejidal de Carlos A. Madrazo, explicó que advirtieron desde el inicio a los ingenieros sobre los riesgos de colocar los rieles en montículos de gravilla elevados, formando diques que impiden el flujo natural del agua durante las lluvias. Propusieron la instalación de canales o drenajes para mitigar este problema, pero sus recomendaciones no fueron atendidas.
Sin embargo, las autoridades estatales, incluida la gobernadora Mara Lezama Espinosa, han negado categóricamente que las inundaciones sean consecuencia de la construcción del Tren Maya. En declaraciones a medios locales, Lezama Espinosa atribuyó las inundaciones a la ubicación geográfica baja de la zona y afirmó que siempre ha habido problemas de inundaciones en Bacalar. A pesar de las fotos compartidas en redes sociales que muestran las afectaciones, mencionó que se trabaja constantemente para gestionar el agua en la región, particularmente cerca del cárcamo de aguas negras.
La disputa entre los residentes y las autoridades continúa sin resolverse, con los afectados exigiendo respuestas y acciones concretas para mitigar los impactos del Tren Maya en la zona.