Los trastornos del lenguaje dificultan o anulan la comprensión y expresión y pueden afectar a la comunicación oral o escrita y a la comprensión o producción del lenguaje. Además, el lenguaje desempeña un papel de nivel superior en el manejo de nuestros procesos mentales; por lo tanto, es afectado por otras conductas y, a su vez, las afecta.
Este tipo de trastornos, independientemente del momento en el que surjan (en el momento del desarrollo del lenguaje o como una perdida posterior de habilidades ya adquiridas), pueden afectar al habla, a la escritura o a elementos paraverbales (tono, fluidez, etc.) o no verbales (gestuales).
Se califica como un trastorno “heterogéneo” porque nunca vamos a encontrar dos trastornos del lenguaje iguales. Esto quiere decir, que los síntomas varían mucho de un niño a otro y no siempre se presentan en la misma forma e intensidad.
Así mismo, el trastorno del lenguaje puede implicar a uno o varios componentes del lenguaje: fonética y fonológica, semántica, morfosintáctica y/o pragmática.
Padecer de este trastorno trae consigo afectaciones en otras áreas del desarrollo como:
- Memoria de trabajo
- Habilidades mentalistas
- Audición
- Funciones Ejecutivas
- Control motor
- Atención conjunta
- Desarrollo social
- Autoconcepto
Aún se desconocen las causas que generan entre trastorno, pero estudios recientes corroboran la importancia de la carga genética; entre el 50 y el 70% de los niños con TEL tienen al menos un miembro de la familia con el mismo trastorno. Además, se han encontrado alteraciones en el gen FOXP2, conocido como el gen del lenguaje.
La prevalencia del TEL es de un 2-7% de la población infantil con un ratio 2:1/3:1 para los varones. Es un trastorno grave y persistente que afecta a la adquisición del lenguaje desde sus inicios, se prolonga durante la infancia y la adolescencia, pudiendo dejar secuelas significativas en la edad adulta. Por ello, la detección e intervención temprana es vital.
Se debe atender a ciertas señales de alerta en cuanto las percibamos. Evitemos algunos mitos y leyendas como “ya hablará”, “es muy pequeño”, “cada niño tiene su ritmo”… El TEL siempre aparece como una demora en la adquisición del lenguaje. Esto no significa que todos los hablantes tardíos vayan a terminar teniendo un trastorno específico del lenguaje, pero, sin embargo, todos los TEL fueron hablantes tardíos.
La evaluación, diagnóstico e intervención precoz es imprescindible en la evolución de los niños con TEL.
Por un lado, el diagnóstico es muy complejo y plantea muchos problemas sobre todo a edades tempranas.
- Antes de los 3 años es difícil determinar si las dificultades del lenguaje oral son debidas a un retraso del lenguaje o a un trastorno del lenguaje.
- A los 4 años ya se puede hablar de un posible TEL.
- A los 5 años se suele confirmar el diagnóstico.
No debemos esperar a confirmar un diagnóstico, sino atender a las señales desde el momento en el que sean detectadas. Recordar el gran impacto que tiene este trastorno en su vida escolar, personal y emocional, no solo en edades tempranas.
Estefanía López Paulín
Contacto: psc.estefaniapaulin_uaslp@hotmail.com
Número: 4881154435