El trastorno límite de la personalidad es una enfermedad mental que afecta gravemente la capacidad de una persona para controlar sus emociones, esta pérdida de control emocional puede aumentar la impulsividad, afectar cómo se siente una persona sobre sí misma y repercutir negativamente en sus relaciones con los demás.
Las personas con trastorno límite de la personalidad pueden tener cambios fuertes en el estado de ánimo y sentirse inseguras sobre cómo se perciben a sí mismas, sus sentimientos hacia los demás pueden cambiar rápidamente y pasar de una cercanía extrema a una aversión extrema, estos sentimientos cambiantes pueden originar relaciones inestables y dolor emocional.
Los científicos no están seguros de la causa del trastorno límite de la personalidad, pero diversas investigaciones sugieren que los factores genéticos, ambientales y sociales pueden aumentar el riesgo de desarrollarlo, estos factores pueden incluir:
Antecedentes familiares: Las personas que tienen un familiar cercano (como un padre, una madre o un hermano) con esta enfermedad pueden tener un mayor riesgo de desarrollar el trastorno límite de la personalidad.
Estructura y función del cerebro: Hay diversos estudios que demuestran que las personas con trastorno límite de la personalidad pueden tener cambios estructurales y funcionales en el cerebro, especialmente en las áreas que controlan los impulsos y el control emocional.
Factores ambientales, culturales y sociales: Muchas personas con este trastorno informan que han sufrido acontecimientos traumáticos, como maltrato, abuso, abandono o adversidades durante la infancia, otras personas pueden haber sido expuestas a conflictos hostiles o relaciones inestables en las que se sintieron invalidadas.
Aunque estos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar el trastorno límite de la personalidad, no necesariamente significa que lo tendrá, de la misma manera, puede haber personas sin estos factores de riesgo que desarrollarán el trastorno límite de la personalidad en algún momento de su vida.
Históricamente, se ha considerado que este es un trastorno difícil de tratar, sin embargo, con los tratamientos más recientes basados en evidencia científica, muchas personas con este trastorno tienen menos síntomas o son menos graves, y tienen un mejor desempeño y una mejor calidad de vida.
Son muchos los factores que influyen en el tiempo que tardan los síntomas en mejorar una vez que se comienza el tratamiento, por lo que es importante que las personas con este trastorno, así como sus seres queridos, sean pacientes y reciban el apoyo adecuado durante el tratamiento.
La terapia dialéctica-conductual se desarrolló específicamente para personas con trastorno límite de la personalidad, esta terapia se centra en el concepto de estar plenamente consciente o de reconocer y estar atento a la situación y al estado emocional actual, este tipo de terapia también enseña habilidades para controlar las emociones intensas, reducir los comportamientos autodestructivos y mejorar las relaciones.
Estefanía López Paulín
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