
El este de Libia se enfrenta a una tragedia sin precedentes tras las fuertes inundaciones causadas por la tormenta Daniel. La Federación de la Cruz Roja y la Media Luna Roja ha informado que alrededor de 10,000 personas están desaparecidas debido a estas inundaciones, y se teme que el número de fallecidos podría ascender a miles. La ciudad costera de Derna ha sido la más afectada por las lluvias y la destrucción de presas, lo que resultó en inundaciones devastadoras y la pérdida de vidas.
Las autoridades locales estiman que solo en Derna podría haber unos 2,000 muertos como consecuencia de las inundaciones. El jefe de la rama libia de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, Tamer Ramadan, ha confirmado la magnitud de la tragedia, señalando que el número de muertos es «enorme» y podría aumentar en los próximos días. Hasta ahora, la Media Luna Roja libia ha recuperado los cuerpos de 300 personas en Derna.
La situación humanitaria en el este de Libia, especialmente en Derna, es crítica y supera las capacidades tanto de las autoridades locales como de las organizaciones de ayuda. Se enfrentan a graves problemas de acceso a servicios médicos, gestión de refugios, atención médica de emergencia, asistencia social y reunificación de familias.
La tragedia en Libia se suma a los desastres naturales recientes, como el terremoto en Marruecos, que ha dejado casi 3,000 muertos confirmados. La respuesta internacional está comenzando a llegar con cuentagotas, con países como Egipto, Túnez, Argelia, Turquía, Italia, España, Canadá y Qatar expresando su disposición para ayudar en las operaciones de búsqueda y rescate.
Sin embargo, la falta de planificación y preparación por parte de las autoridades locales para enfrentar la tormenta Daniel ha generado críticas en las redes sociales. La situación se agrava debido a la división política y la inestabilidad que ha afectado a Libia durante más de una década, lo que ha dejado al país con servicios públicos y una infraestructura insuficientes para hacer frente a eventos climáticos extremos.
El este de Libia, que no está bajo el control del gobierno reconocido internacionalmente en Trípoli, está luchando por hacer frente a esta catástrofe, mientras las autoridades en el oeste del país se movilizan para proporcionar ayuda. Se espera que la comunidad internacional juegue un papel crucial en las operaciones de ayuda y reconstrucción en las zonas afectadas por las inundaciones.
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