La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) nuevamente está dando de que hablar ya que ha activado una alerta sanitaria por intoxicación por el microorganismo botulínico. Luego de que hace un par de años se detectaron cuatro casos por intoxicación botulínica, atribuidos a un atún en conserva en aceite de girasol de la marca DIA, que habría sido distribuido en nueve comunidades de España. Al cabo de 2 años está alerta vuelve a ser encendida luego de darse a conocer rumores sobre una nueva intoxicación por el consumo de latas de atún, al sur de Madrid y el centro de México, lo que ha mantenido en la mira a las fabricas procesadoras de este producto, haciendo que los regímenes para la elaboración de atún sean aún más rigurosas.
Esto ocurre principalmente en conservas de alimentos hechas sin las debidas precauciones y en alimentos inapropiadamente procesados, enlatados o embotellados en casa. Siendo así una enfermedad verdaderamente grave, pero a su vez bastante inusual, es una intoxicación causada generalmente por la ingesta alimentos contaminados con neurotoxinas muy potentes y producido por el Clostridium botulinum microorganismo que produce esporas termorresistentes ampliamente difundidas en el medio ambiente, que en ausencia de oxígeno germinan, crecen y excretan toxinas.
La toxina botulínica actúa bloqueando la liberación de acetilcolina a nivel de la placa mioneural impidiendo la transmisión del impulso nervioso, causando de esta manera, una parálisis flácida de los músculos esqueléticos y un fallo parasimpático. En la intoxicación alimentaria se ingiere la toxina preformada que es absorbida por endocitosis a través del tracto gastrointestinal. Teniendo así un índice de mortalidad del 15% al 20 %, y en personas débiles o carentes de buena salud puede llegar a ser una muerte fulminante en cuanto el organismo entre en contacto con esta toxina.
Es importante destacar que no existe la transmisión del botulismo de persona a persona. La toxina botulínica se ingiere con alimentos elaborados inapropiadamente, en los que la bacteria o sus esporas sobreviven, crecen y producen las toxinas. Aunque es principalmente una intoxicación de transmisión alimentaria, el botulismo humano puede deberse a infección intestinal con C. botulinum en los lactantes, heridas infectadas e inhalación.
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