El origen de este plato proviene de aquellos parroquianos que, debido al exceso de ingesta de alcohol, sufrían de resaca. Por lo que, al despertar, era tradición que acudieran a devorar unas tostadas con mucho picante. Unos de los lugares más icónicos para degustar las tostadas, y en donde se conserva la receta tradicional, son los barrios de El Saucito, Mexquitic o La Rinconada, San Luis Potosí.
Como cualquier platillo que tenga la intención de curar una cruda, debe de llevar mucho picante. Es por eso por lo que, para prepararlas, se le añade a una tostada de maíz martajado una base de salsa que contiene tres tipos de chile: guajillo, pulla y cascabel. Posteriormente, se agregan frijoles sacados directamente de la olla, cebolla y cilantro. No queda la menor duda que es un platillo muy mexicano, lleno de colores y distintos sabores que seguramente curarán esa resaca.
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