En relación con la elección de mascotas pequeñas, como tortugas, iguanas, ranas y hámsters, se destaca su popularidad debido a su naturaleza interactiva y bajo mantenimiento. No obstante, la Universidad de Harvard, respaldada por la doctora Elizabeth Hohmann del Hospital General de Massachusetts, alerta sobre los riesgos asociados con estas adorables criaturas.
La Universidad de Harvard revela que animales como reptiles y anfibios pueden ser portadores de gérmenes perjudiciales, como la Salmonella. Estos organismos viven en entornos cálidos y húmedos propicios para el desarrollo de esta bacteria. Los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) también han emitido advertencias tras brotes de enfermedades y hospitalizaciones en varios estados de EE. UU. vinculados con la adopción de pequeñas tortugas.
La Salmonella, común en reptiles y anfibios, reside en sus sistemas digestivos sin afectarlos. Sin embargo, representa un riesgo significativo para la salud humana. La exposición ocurre a través del contacto directo con los animales, sus excrementos, alimentos, juguetes y hábitats. Una vez expuestas, las personas pueden contraer salmonelosis, una infección bacteriana que afecta el tracto intestinal.
La doctora Hohmann subraya que la transmisión de Salmonella a menudo ocurre por contacto de las manos con la boca o la nariz, especialmente en niños pequeños. Aunque cualquier persona puede contraer salmonelosis, los niños menores de 5 años, adultos mayores de 65 y aquellos con enfermedades crónicas enfrentan un mayor riesgo de enfermedades graves e incluso hospitalización.
Para reducir los riesgos asociados con mascotas de alto riesgo, los CDC recomiendan prácticas de higiene estrictas, como lavarse las manos después de interactuar con la mascota, evitar besos y abrazos, y limpiar adecuadamente las áreas de vida de la mascota. También se insta a no comer ni beber cerca de estos animales y mantenerlos fuera de áreas donde se manipulen alimentos.