Por Francisco Acosta-Martínez
En otros años, el Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López se ha vestido de gala con la participación de compañías como Bejart, Lines Ballet de Alonzo King o Marie Chouinard, agrupaciones que están en los cuernos de la luna, que representan la más alta clase de la danza contemporánea a nivel mundial y que han compartido un poco de su talento con el público potosino, sin embargo, a veces no es necesario salir del país para encontrar manifestaciones sublimes de este arte y eso quedó de manifiesto con la presentación de la Compañía Nacional de Danza de México en la clausura de la XLII edición de este importante festival.
Los ocho días de programación que se tenían previstos se fueron volando y, en un abrir y cerrar de ojos, terminó la edición que representó el regreso de la danza contemporánea a los escenarios físicos, dejando de lado lo virtual y las distancias impuestas por la pandemia de covid-19. En San Luis Potosí, el público lo agradeció y respondió positivamente a todas las convocatorias, abarrotando el Teatro de la Paz, el Centro Cultural Universitario Bicentenario, el Teatro Polivalente y otros espacios que fueron sede de esta edición.
Con el Teatro de la Paz a reventar y tras la premiación de los concursos que se enmarcan en el Festival de Danza Lila López, inició la función. La Compañía Nacional de Danza dispuso cinco coreografías para esta ocasión: All Long dem Day, Por vos muero, Romanza, Miliano y Planimetría del movimiento.
Desde la coordinada multitud que apareció sobre el escenario para la primera coreografía, hasta ese encantador ballet que cautivó a la concurrencia con la Estrellita de Manuel M. Ponce, desde la inigualable voz de la Sacerdotisa del Soul, Nina Simone, hasta los versos de Garcilaso de la Vega y la música del Siglo de Oro Español, el espectáculo fue un «crescendo» constante, una descarga eléctrica que fue aumentando de intensidad hasta sacudir por completo a los asistentes, hasta emocionarlos y conducirlos a un final apoteósico, tras una catarsis, una purificación artística.
La Compañía Nacional de Danza expuso un estilo clásico de lo contemporáneo, una muestra final del arte que se puede lograr con la mezcla del ballet y de otras técnicas dancísticas, incluida la experimentación. De lo sencillo logra crear grandes imágenes, grandes conceptos y grandes propuestas para la danza, desdeña los enredos y va directo a conquistar al público.
Sí, es cierto que por el escenario del Lila López han pasado grandes compañías, que han pasado Bejart, King o Chouinard, pero también es cierto que el talento mexicano siempre ha estado presente y que, en gran medida, ha sido pieza fundamental para el crecimiento y el desarrollo del festival. Con esta presentación y tras concluir el XLII Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López se confirma que México tiene una escuela que impresiona y un talento que pide nada a las más grandes compañías del mundo.
Ha terminado el Festival Lila López, un evento que, parecía, no volvería a recobrar su grandeza. Al inicio de esta edición, el gobernador Ricardo Gallardo y la secretaria de Cultura, Elizabeth Torres, se comprometieron a impulsarlo y hacerlo crecer, habrá que ver qué sorpresas vendrán para la próxima edición.
Seguiremos informando.