Un voto (de una diputada mujer) fue suficiente para darle impunidad al presidente municipal de la capital potosina, Xavier Nava Palacios, y le da oxígeno político para mantener vivas sus aspiraciones de convertirse en candidato a gobernador a cambio de lo que ya se conoce como un «feminicidio político» cometido en perjuicio de la abogada Teresa Carrizalez, violentada física, moral, emocional y políticamente por la administración navista de lo que existen evidencias públicas y una recomendación de Derechos Humanos.
La votación fue en sesión secreta, los diputados no quisieron que el pueblo se enterara de sus miserias, de sus razones para anteponer los intereses personales y políticos por encima de la ley y de la víctima. 11-10 fue la votación final en segunda ronda.
Según testigos, hubo debate pero fue el diputado del partido verde, Cándido Ochoa Rojas, el que argumentó con mayor seriedad la necesidad legal de declarar procedente el juicio político contra el aspirante del PRD a gobernador y de otorgar, por tanto, el derecho de audiencia a la víctima, Teresa Carrizalez ocurrido el 2 de Julio del 2019.
El dictamen venía a favor de desechar el Juicio, las comisiones de Gobernación, Puntos Constitucionales y Justicia pero desde que lo rechazaron en comisiones se sabía de la operación política del equipo del alcalde capitalino comprando votos de diputados y diputadas con dinero efectivo, chambas o promesas políticas de futuro.
Los hechos ocurrrieron, decía a los 22 diputados presentes en la sesión privada, Ochoa Rojas y explicaba que no se estaba juzgando a Nava en realidad, sino a su jefe policiaco, Edgar Jimenez Arcadia quien estuvo al frente del operativo ordenado por el secretario general del Ayuntamiento, Sebastián Pérez quien por escrito ordenó el desajolo de la titular de la oficialía del registro civil número 11.
De nada sirvió el argumento, si las diputuadas hubiesen actuado con rectitud, las 13 mujeres habrían votado a favor de la víctima, pero prefirieron abonar a un futuro político muy incierto.
Pero todas estaban arregladas previas comidas con pomposas viandas y mejores vinos, escarceos eróticos y uno que otro desvarío según sus propias versiones.
En la primera ronda la votación estuvo empatada: 10-10. pero justo a la hora crítica apareció la también aspirante a gobernadora, Sonia Mendoza quien, afirman, consumaría la impunidad para Nava.
Hubo dos abstenciones, pero antes, Ruben Guajardo tuvo que operar para lograr la votación, Sonia Mendoza estaba refugiada en el baño igual que Martín Juárez y Mario Lárraga, lo que ahí hicieron solo ellos lo saben, el tufo se percibía a lo lejos.
Las diputadas, dicen testigos presenciales estaban muy «arregladas» una a una fueron desfilando rumbo a la urna para depositar su voto cargando a cuestas un delito que decidieron cargar para siempre en sus conciencias. La cabeza baja. Solas se hicieron de pecado.
Hubo dos ausentes, Rolando Hervert y Pedro Carrizalez «Mijis». Las señoras diputadas consumado el feminicidio político se miraron a los ojos y luego se retiraron. Beatriz Benavente, Isabel González Tovar y Sonia Mendoza jugaron a favor de Nava abierta y fieramente, las demás fueron mas discretas.
Teresa Carrizalez de inmediato fijó su postura, el dictamen que consta de 83 páginas, tiene un burdo copia y pega de la recomendación de Derechos humanos que es de 70.
Once diputados dieron oxígeno al alcalde Xavier Nava, lo llevarán por siempre en su historia, aunque hayan votado en secreto, aunque escondan la cara y agachen la cabeza pero en el caso de las diputadas, que no se quejen jamas de violencia política porque ellas, cometieron ayer, un feminicidio político en perjuicio de Teresa Carrizalez, la torturaron y la condenaron a la ignominia, no pueden ahora alegar injusticias.
Seguiremos informando.
