Historias de terrorNoches de Terror

Sufrientes espectros se rehusan a abandonar la Fracción de Morales

En esta ocasión les relataré una muy antigua historia que ya casi no es recordada pero que a muchas personas que vivieron en la segunda década del siglo pasado les sucedió dejándoles nerviosos, temerosos e incapaces de recorrer las calles vecinas por una vez cayendo la noche.
Existió un matrimonio de apellido Medina quienes vivieron en la entonces muy alejada y pequeña población de Morales pues se dice que Don José Medina trabajaba en una minera en dicho lugar y en donde ocurrió una tremenda desgracia.
Se dijo por ahí que en dicha minera se fundía un metal el cuál era muy peligroso al ya no encontrarse en su estado sólido sino una vez fundido.
Y tal fue el caso de Don José quien lamentablemente cayó a una pequeña pila la cual contenía esa materia ardiente y líquida de la cual aún pudo salir con vida retorciéndose del dolor por las numerosas quemadas y heridas que su cuerpo sufrió.
Fue una larga agonía en la que solo gritaba el nombre de su esposa quien también trabajó como secretaria en las oficinas del entonces remoto lugar.
Al llegar la viuda y ver el cuerpo de su marido totalmente irreconocible, ésta perdió el conocimiento de manera permanente.
Poco a poco la salud de Doña Martha se fue deteriorando hasta morir pero días antes de su descenso pudo decirle a una vecina que el alma en pena de quien fue su esposo venía por ella pues lo veía con esas terribles quemaduras gimiendo del dolor y dispuesto a llevársela.
A los dos días la encontraron muerta con una mueca de horror en su rostro.
Se dijo que dicho matrimonio vivió en la calle principal que va de la Iglesia a la entonces minera.
Mucho se comentó que al estar los vecinos aún en la calle pasando de las once de la noche, comenzaban a percibir un espantoso olor a carne quemada seguido de unos fuertes gritos llenos de dolor.
Los vecinos se retiraban asustados a sus casas sabiendo que era el alma en pena de Don José que buscaba desesperadamente a su viuda pues aunque ambos murieron nunca más sus desdichados espíritus se encontraron.
A la fecha unos dicen que al pasar la media noche se deja oler ese desagradable aroma recordando la trágica muerte de tan olvidado ente fantasmal que sigue recorriendo de arriba a abajo dicha calle.
Otros dicen que al escuchar aullar a lo lejos a los perros del lugar ya saben que la muerte se aproxima.
Tal espectro ha sido visto levitando justo por encima del puente que da acceso a Morales y de ahí se pierde en el jardín que está frente a la bella iglesia.
En esa antigua iglesia fue donde según se dice el hoy difunto Don José y su fiel esposa Martha (qpd) unieron una vez sus vidas.
Y es ahí donde se cree que podrán reencontrarse para tal vez poder volver a estar juntos pero ahora en el más allá; en ese extraño lugar del que ciertas almas en pena salen con gran dolor y esclavitud con el fin de visitar a sus descendientes no olvidando el oscuro peregrinar de aquel horrible lugar del que no han logrado dejar atrás para poder por fin ver la luz.
Y usted, mi estimado lector…
Es vecino de la hoy hermosa fracción de Morales??
Escuchó alguna vez los silbatos de los ahora chacuacos del ayer??
Vió como el metal incandescente escurría lentamente en los montículos de la minera??

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