Imaginemos por un momento que nos encontramos a la deriva en la inmensidad del espacio, en el vacío, en la nada, una oscuridad abrumadora que se disipa por momentos con la presencia de los astros que iluminan nuestro camino, en esta inmensidad cósmica existe un vacío que nos impide escuchar o emitir sonidos, como mencionan las películas de terror cósmico «en el espacio nadie puede escuchar tus gritos».
En un desafío a las creencias establecidas durante siglos, dos investigadores del Centro de Nanociencia de la Universidad de Jyväskylä en Finlandia han demostrado que el sonido puede viajar a través del vacío en ciertas condiciones específicas. Aunque desde hace mucho tiempo se creía que el sonido no podía propagarse sin un medio material, este estudio ha revelado un fenómeno sorprendente que podría tener aplicaciones tecnológicas significativas en el futuro.
El sonido, que generalmente se propaga a través de la oscilación de moléculas en un medio material como el aire, puede ahora, según este estudio, pasar a través del vacío entre dos materiales sólidos si ambos son piezoeléctricos. Estos materiales tienen una estructura cristalina sin un centro de simetría y, cuando se someten a ciertas presiones mecánicas, pueden generar una diferencia de potencial eléctrico en su superficie. Al aplicar una diferencia de potencial eléctrico o un campo eléctrico, estos materiales también experimentan deformaciones y vibraciones en su estructura.
Cuando las vibraciones de las ondas sonoras en estos materiales piezoeléctricos generan una respuesta eléctrica, se puede propagar un campo eléctrico a través del vacío y provocar una respuesta mecánica en otro material similar. La principal restricción es que el hueco entre las dos piezas debe ser menor a la longitud de onda de la onda sonora. Aunque este fenómeno todavía tiene limitaciones y solo es posible en circunstancias específicas, podría abrir la puerta a nuevas aplicaciones tecnológicas en el futuro.
A pesar de este descubrimiento, la famosa frase de «Alien: el octavo pasajero», que proclamaba que «en el espacio nadie puede oír tus gritos», sigue siendo cierta en la mayoría de las situaciones. Sin embargo, este hallazgo representa un paso intrigante que desafía nuestra comprensión convencional del sonido y amplía nuestras posibilidades en el mundo de la ciencia y la tecnología. A medida que los científicos continúan investigando este fenómeno, podríamos ver avances significativos en la forma en que entendemos y utilizamos el sonido en el futuro.
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