Grupos defensores de los derechos animales y ambientalistas están solicitando a la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, y a la presidenta municipal de Acapulco, Abelina López Rodríguez, que rescaten a un burro llamado Manuelín, quien fue trasladado recientemente a la Isla de la Roqueta. La organización Gente por la Defensa Animal (GEPDA) ha exigido la intervención inmediata de la gobernadora para permitir el rescate del burro, alegando que se le obliga a ingerir bebidas alcohólicas para que los visitantes lo monten y se tomen fotos con él.
🧵👉🏻🚨Maestra Evelyn Salgado, Gobernadora de Guerrero, el gremio animalista de México, pide su inmediata intervención para que se permita el rescate del burro, trasladado este fin de semana a la Isla de la Roqueta, Acapulco.
Al equino anterior se le obligaba a… pic.twitter.com/AsCpSf3k0q— Gente por la Defensa Animal (GEPDA) (@DefensaAnimal) May 9, 2023
La organización Defensoría Animal MX también ha afirmado que el burro está siendo sometido a un «estrés innecesario» con el único propósito de entretener a un turismo ignorante y retrógrado. Además, señalan que se ha maltratado a otros burros en el pasado y que el estado no ha hecho lo suficiente para detener el maltrato animal. Ambas organizaciones exigen que se respete la Ley 491 de Bienestar Animal en Guerrero, que establece los principios para proteger la vida animal y garantizar su bienestar, como el trato digno y respetuoso a los animales en su entorno y la salvaguarda de sus derechos esenciales.
Los medios de comunicación locales afirman que «El Burro de la Roqueta» es un atractivo turístico de Acapulco y que durante las décadas de los 60, 70, 80 y 90, ayudó a posicionar a la playa como uno de los destinos favoritos de los mexicanos. Supuestamente, se llevó a un burro a la Roqueta, una isla turística conocida por sus playas, para transportar galones de diésel que alimentaban al motor que encendía el faro durante la noche. El origen del consumo de alcohol del burro tiene varias versiones, entre ellas la creencia de que el burro se tomaba las cervezas que los turistas dejaban en la playa. Sin embargo, desde la década de los sesenta, se han utilizado varios burros para estas prácticas, siendo Manuelín el último en ser utilizado.