Después de levantar la denuncia ante el departamento de Ecología del Gobierno Municipal, así como en la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental (Segam) del Gobierno del Estado, vecinos del Aguaje, Residencial Vila Magna y Las Flores han esperado por casi tres años para que dichas autoridades pongan un fin a la contaminación que genera la quema de basura de un tiradero clandestino localizado al sur de la ciudad.
Los habitantes de la zona aseguran que el humo que se desprende, tanto en la mañana como en la noche, es insoportable, afectando la salud de personas de la tercera edad, adultos y, por supuesto, de los niños que en ocasiones aprovechan la tarde para salir un poco de sus casa para jugar.
Los afectados han reunido un importante número de solicitudes de los vecinos para exigir a las autoridades cierren dicho basurero, el cual se ha convertido en una amenaza para la zona y para el medio ambiente del resto de la capital potosina.
Algunas respuestas que han recibido por parte de las dependencias municipales y estatales mencionan que sí han mandado a inspectores a investigar, sin embargo, reportaron que han sido recibidos a pedradas y a palos por los lugareños, mismos que serían los que recolectan y, posteriormente, queman la basura en el lugar, sin importarles el humo tóxico que provocan.
En este sentido, lo más preocupante es que se desconoce qué tipo de material están quemando, situación que podría agraviar los problemas de salud entre los habitantes de las colonias mencionadas.
A la fecha, ni la Segam ni Ecología municipal han emitido algún comunicado al respecto, dejando solo en la molestia y en el hastío a la gran cantidad de afectados que tienen que lidiar diariamente con el insoportable olor.
