Cada vez son más las personas que viven abrumadas por su entorno laboral. Y puede ser una presión autoimpuesta o marcada desde fuera. Tanto es así, que ya nos hemos familiarizado con el conocido burnout laboral o síndrome del trabajador quemado.
El origen del término sisifemia tiene origen en un personaje mitológico, Sísifo, que fue condenado a empujar una roca gigante cuesta arriba, con el único objetivo de verla caer nuevamente y volver a repetir el proceso infinitamente. En el ámbito laboral actual, las personas que sufren de sisifemia se ven atrapadas en una rutina laboral interminable y desafiante, donde la búsqueda constante del éxito y del reconocimiento se convierte en su condena diaria.
La sisifemia implica una relación insana con el trabajo, donde la carga y las demandas laborales exceden nuestra capacidad para manejarlas de manera saludable. Este desequilibrio puede tener un impacto significativo en nuestra salud mental. Cuando dedicamos demasiada energía y tiempo al trabajo, a menudo a expensas de nuestro bienestar personal y social, nos arriesgamos a caer en un estado de agotamiento físico y emocional, a veces con consecuencias graves
Pero ¿cuáles son los síntomas que nos permiten saber si sufres del trastorno de Sisifemia?
- La búsqueda constante de validación externa.
- Autoexigencia perfeccionista.
- Aislamiento social.
- Agotamiento físico y mental.
- Disminución de la concentración y problemas de memoria.
- Dificultad para dormir.
- Incapacidad para desconectar del trabajo.
- Desánimo y sentimiento de incapacidad para resolver la tarea diaria
- Episodios de ansiedad y cuadros de depresión.
Lo más notable físicamente es una fatiga constante y problemas para dormir bien. Mentalmente, nos enfrentamos a la ansiedad y al estrés, que nublan nuestra mente, robándonos la concentración y también la creatividad. En consecuencia, nos lleva a una irritabilidad que trasciende lo personal, afectando también las relaciones sociales.
Y esto es importante porque nos empuja al aislamiento o, por el contrario, genera conflictos con quienes nos rodean. Y en lo más profundo, estos desafíos impactan en cómo nos vemos a nosotros mismos, distorsionando nuestro autoconcepto y autopercepción, haciéndonos cuestionar nuestro valor y capacidades. Es un llamado a atender no solo nuestra salud física, sino también mental y emocional
En opinión de los expertos, la sisifemia afecta a una amplia gama de profesionales que se dedican a actividades de consultoría, comunicación, marketing, investigación, comerciales y sanidad entre otras.
Pero no todo está perdido, siempre podemos tomar algunas medidas que prevengan el desarrollo de trastornos como el burnout o la sisifemia:
- Fomentar una cultura corporativa que promueva la autenticidad y el equilibrio en lugar de la perfección.
- Hacer una correcta evaluación de riesgos psicosociales, así como implementar cambios organizativos que ayuden a minimizarlos.
- Ofrecer programas de bienestar laboral y de apoyo a la salud mental para que las personas empleadas dispongan de herramientas.
- Promover el desarrollo personal capacitando y formando a las personas en estrategias que ayuden a la prevención de este u otros trastornos
- Respetar los horarios laborales, adecuar si es necesario la carga de trabajo a los efectivos profesionales, revisar los objetivos y promover la desconexión digital.
Estefanía López Paulín
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