El término » Burnout» fue acuñado por primera vez en 1974, es un trastorno consecuencia de un estrés laboral crónico y se caracteriza por un estado de agotamiento emocional.
En la actualidad es común referirnos al acotamiento laboral como simple estrés o cansancio. Suele ocurrir cuando nos encontramos “bloqueados”, fastidiados o agotados de las tareas diarias en el trabajo.
Lo que podría parecer simple cansancio podrían ser signos de un trastorno mucho más severo, es importante saber identificar las señales y buscar la ayuda profesional necesaria.
Entre los síntomas comunes del síndrome Burnout se encuentran:
– Las personas que experimentan agotamiento ven sus trabajos cada vez más estresantes y frustrantes. Pueden volverse cínicos sobre sus condiciones de trabajo y las personas con las que trabajan. También pueden distanciarse emocionalmente y comenzar a sentirse adormecidos por su trabajo.
– Síntomas físicos : el estrés crónico puede provocar síntomas físicos, como dolores de cabeza y de estómago o problemas intestinales.
-Agotamiento emocional : el agotamiento causa que las personas se sientan agotadas, incapaces de hacer frente y cansadas. A menudo les falta energía para hacer su trabajo.
-Rendimiento reducido : el agotamiento afecta principalmente las tareas cotidianas en el trabajo, o en el hogar, cuando el trabajo principal de alguien consiste en cuidar a los miembros de la familia.
Los individuos con agotamiento se sienten negativos sobre las tareas. Tienen dificultad para concentrarse y, a menudo, carecen de creatividad.
¿Cómo tratarlo?
De acuerdo con Tania Luna, de Psychology Today estos consejos te ayudarán a tratar este síntoma y mejorar tu calidad de vida.
Pregunta ¿por qué?: No puedes comenzar a sanar o a solucionar un problema si no conoces sus causas. El primer paso para acabar con el Burnout es identificando las cosas, situaciones o problemas que lo causaron en un principio.
Enfócate en lo básico: esto se refiere a poner atención en los aspectos más básicos de la salud, hacer ejercicio, dormir bien y comer bien, algunos estudios han demostrado que hacer esto puede tener un efecto positivo en tu salud mental.
Toma vacaciones: a veces necesitas un tiempo para ti, para dejar de pensar y alejarte de las responsabilidades y las presiones. Unas vacaciones, aunque sea cortas, pueden ayudarte a recuperar la energía y la motivación.
Evalúa tus metas y prioridades: tu trabajo no puede ser la prioridad si está dañando tu salud.
Aprende a decir no: es importante que no aceptes más responsabilidades de las que puedes cargar sin que eso consuma todo tu tiempo. Decir no puede ser difícil, pero a veces es lo mejor que puedes hacer por ti.
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