En el complicado entramado de la vida cotidiana y las redes sociales, dos términos, «chapulín» y «chapulinear», han tomado protagonismo más allá de su asociación con el pequeño insecto saltarín. Estos conceptos no solo han encontrado un espacio en el ámbito político, sino que también han tejido una trama social que promete marcar la conversación durante el desarrollo de las campañas políticas en el año en curso.
En la vida cotidiana y en las redes sociales, el «chapulín» se utiliza para señalar a aquellas personas que ganan la desleal fama de cortejar a las exparejas de sus amigos. En otras palabras, un «chapulín», ya sea hombre o mujer, es aquel que busca relaciones con las exparejas de sus amistades, desencadenando tensiones en círculos sociales.
Esta tendencia ha trascendido al ámbito cultural y ha sido adoptada por los jóvenes, quienes comparten memes cargados de humor para señalar a aquel amigo «chapulín» que, en algún momento, decidió «brincar con ventaja» para cortejar a una expareja. Estos memes, más allá de su tono, reflejan la percepción social de esta conducta y contribuyen a su difusión.