A más de 15 días de que inició el incendio que consume la Sierra de San Miguelito, «está fuera de control, todo está deshecho”, narra el alpinista Eduardo Rueda, tras volver, ayer tres de mayo por la tarde, de trabajos voluntarios en la zona del siniestro.
Aún con los rastros de la refriega entre la maleza, las llamas y el candente sol, Eduardo nos recuerda que el incendio está fuera de control y con gran tristeza dice “todo está destruido allá arriba, hace falta apoyo para controlar las llamas”.
Incorporado como voluntario a los trabajos de combate al fuego, dice que las llamas alcanzan 80 metros que no es posible sofocar, porque hay poca gente y que, incluso, brigadistas y comuneros exponen su vida. Aún los pilotos del helicóptero cisterna se ponen en riesgo cuando vacían el tanque sobre el terreno incendiado.
“Hace falta más apoyo y más interés de los ciudadanos y de las autoridades, intentamos rescatar lo que queda, pero es poco”, arriba, donde el fuego avanza y cambia de rumbo caprichosamente, hace mucho calor, por momentos el fuego rodea a los brigadistas y entonces se hacen labores de rescate, de hecho ayer mismo, tres de mayo, los brigadistas tuvieron que ser evacuados porque era imposible trabajar.
Esta mañana, como todos los días desde hace más de dos semanas, el helicóptero traslada a los brigadistas que todavía tienen que caminar largos tramos para iniciar la labor, pero el viento, el fuerte sol y la falta de lluvias, mantienen vivo el incendio.
Los potosinos no dejan de cooperar con víveres, pero hace falta que más personas apoyen en la zona devastada.
