La palabra «sexting» procede de usar las palabras inglesas «sex» (sexo) y «texting» (enviar mensajes) y consiste en enviar mensajes con contenido erótico a través de dispositivos tecnológicos de manera voluntaria. Pueden ser fotos, mensajes , audios o vídeos y puede hacerse por medio de redes sociales, correo electrónico o cualquier otra herramienta de comunicación desarrollada para estos dispositivos digitales.
Parece algo novedoso y es fácil encontrar titulares que lo relacionan con su peligrosidad, todo ello relacionado con la posibilidad del anonimato o la suplantación de identidad, el sencillo acceso de los menores o la gran capacidad de difusión. Sin embargo, los mensajes eróticos en texto o en imagen no son un descubrimiento de la era digital.
En el siglo XIX existen numerosas muestras de correspondencia erótica firmada por autores tan reconocidos como Flauvert, Mary Shelley o James Joyce.
Cuando las relaciones son a distancia, el «sexting» se convierte en una opción para mantener encendido el fuego de la pasión como en su tiempo lo fueron las cartas. La diferencia es que se ha perdido el juego y los preliminares por denominarlos de algún modo. La posibilidad de hacer fotografías y videos y la cultura de la inmediatez en la que vivimos hace que esta práctica se haya convertido en algo directo dejando poco espacio a la imaginación.
Riesgos del «sexting»
Extorsión: La facilidad con la que se pueden difundir estos mensajes hace que personas que reciben este contenido erótico en un momento de intimidad puedan amenazar con reenviarlo a cambio de dinero o de seguir recibiéndolo tras una ruptura.
Viralización: Son mucho los casos que se han conocido de personas cuyos mensajes privados han sido difundidos públicamente con trágicas consecuencias. La difusión de este contenido constituye un delito.
Edad: los menores de edad y los adolescentes se introducen en el mundo del sexo a través de las redes sociales construyéndose una imagen distorsionada de la sexualidad y asumiendo riesgos innecesarios.
Suplantación de identidad: En las aplicaciones y en las redes sociales es muy fácil hacerse pasar por menores o por otras personas lo que es uno de los principales riesgos ya que se puede enviar información íntima a desconocidos.
Pero no todo lo que rodea al «sexting» es negativo. Entre adultos, mejora la satisfacción sexual de la pareja y estimula el juego erótico y la salida de la temida rutina.
Beneficios
Los mensajes cargados de erotismo pueden funcionar como liberadores del estrés
Puede mejorar la relación de confianza entre la pareja y el vínculo.
Favorece la desinhibición
Puede funcionar como parte de los preliminares
Mantienen el sexo en la relaciones a pesar de la distancia
Mejora el buen humor