Se ha sostenido que los encuentros íntimos podrían compararse con una actividad física, dado el gasto energético involucrado. Sin embargo, la noción de que tener intimidad afecta negativamente el desempeño deportivo ha persistido, respaldada incluso por figuras como Muhammad Ali, quien optaba por la abstinencia antes de sus combates.
Aunque algunos estudios han sugerido que la actividad íntima podría disminuir el rendimiento deportivo, la investigación es inconclusa. Un estudio reciente publicado en Frontiers indica que tener actividad sexual la noche anterior a una competencia no afecta el rendimiento de fuerza o resistencia aeróbica, a menos que ocurra poco antes del evento.
Abstenerse de la intimidad antes de competir puede mantener niveles más altos de testosterona, lo que potencialmente mejora la confianza y el rendimiento. Sin embargo, tener intimidad al menos 12 horas antes puede ayudar a relajar y reducir el cortisol, mejorando la agilidad y la concentración.
El factor crucial no es el clímax en sí, sino la intensidad del acto íntimo. Por lo tanto, se recomienda evitar posiciones extenuantes antes de eventos importantes y limitar la actividad íntima a unas 10 horas antes de la competencia para optimizar el desempeño deportivo.
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