
Conflictos hacia el interior de la Sección 26 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) terminaron por destapar una cloaca de corrupción que se agravó con la complicidad de la Secretaría de Educación en los gobiernos de Fernando Toranzo y Juan Manuel Carreras.
El manejo mafioso, de acuerdo con distintas versiones, incluye el uso tendencioso de claves presupuestales y laborales, asignación de plazas en todos los niveles educativos, comisiones sindicales irregulares, manejo de fideicomisos y cajas de préstamo, incapacidades, licencias, entre otras supuestas prerrogativas del magisterio.
Maestros inconformes con el líder sindical, Juan Carlos Bárcenas Ramírez, denunciaron que el comité no atiende sus demandas y que, cuando les reclaman en reuniones seccionales, los reprenden y los amenazan, por lo que han decidió hacer públicas las corruptelas de los dirigentes que han pervertido la noble labor de la educación.
Como ejemplo, aseguraron los inconformes, está el hecho de que, mientras cientos de maestros no han podido cobrar sus sueldos, los integrantes del comité cobran 183 claves de personas que, supuestamente, trabajan en el sindicato y benefician a compadres, amigos, parejas sentimentales y cómplices.
De acuerdo con esta información, estas 183 claves, le cuestan mensualmente a la Secretaría de Educación 1.5 millones de pesos en sueldos y tienen un impacto directo en más de 56 centros de trabajo y, lo más grave, debido a ello, unos mil 700 alumnos son desatendidos, pues no tienen maestros frente a grupo.
Los afectados denunciaron que, en el Instituto de Profesionalización del Magisterio Potosino, también conocido como Centro de Maestros, se encuentran inscritas más de 100 claves presupuestales con las que se les paga a personas que dejaron de hacer funciones frente a grupo. Curiosamente, la mayoría de los trabajadores del IPMP cobran con claves de directores, maestros de primaria y preescolar sin que, a la fecha, se sepa qué hacen o si asisten a laborar.
Denuncian que este espacio, el Centro de Maestros, está convertido en un refugio para docentes que, en otro tiempo, gozaron del poder, que ya no quieren trabajar o que tienen señalamientos por acoso y otros agravios en perjuicio de los alumnos.
Licencias y comisiones irregulares, la gran estafa
El sexenio de Juan Manuel Carreras fue, para el Sindicato, un recreo permanente de corrupción y de podredumbre en el magisterio potosino, para muestra las licencias y comisiones irregulares de trabajadores de la educación que se descubrieron en el cambio de administración y que sorprendió a propios y a extraños en la organización porque resultó que, en la SEGE, se reportaron 958 trabajadores con licencia, sin embargo, se sabe que algunos de ellos tenían más de una clave, lo que se traduce en mil 398.
Dichos beneficios no se autorizaban correctamente, pues se les seguía pagando a los profesores, se dejaba a los grupos sin cubrir y, a los maestros que eran llamados para el interinato, no les pagaban. El proceso, para otorgar licencias y dar interinatos se hacía al margen de la norma, pero todo en complicidad con funcionarios de la SEGE para permitir que algunos profesores pudieran ausentarse por años consecutivos, manteniendo salarios, antigüedad y beneficios.
En el caso de las ausencias por incapacidad, también se descubrió que había un tráfico de influencias en aquellos profesores que, en realidad, no se enfermaban, pero podrían obtener incapacidades de un hospital afín a la organización sindical, toda vez que gozan de un seguro médico particular, pese a que tienen IMSS o ISSSTE.
Esta cloaca fue siempre solapada por los contralores en turno de la Secretaría de Educación. La segunda parte de esta entrega ya está en proceso.
Seguiremos informando.