
Las más recientes víctimas del alcalde Xavier Nava y de la encargada de la Unidad de Gestión del Centro Histórico, Rocío Zavala, son los vendedores de libros que se instalan en el Jardín Colón. A los comerciantes se les negó el permiso para instalarse en esta plaza, pese a que se ha vuelto en una tradición que se instalen ahí.
En su plan de “embellecer” el primer cuadro de la ciudad y dado que ambos funcionarios no son conocidos por ser lectores, Rocío Zavala y Xavier Nava rechazaron la solicitud para que se instalara la mini feria del libro.
A los vendedores, quienes se ganan la vida honradamente, vendiendo libros nuevos o de segunda mano, solo les dijeron que no se podrían poner este año en el Jardín Colón y que no tenían donde ponerlos. Esto dejará a los comerciantes y a su familia sin un sustento, pues la venta de sus productos es lo que los mantiene.
Por años, esta pequeña feria del libro se ha instalado en el pasaje principal del jardín, al inicio de la calzada de Guadalupe. Los vecinos del Barrio de San Miguelito y del pasaje de Zaragoza ya los conocen y saben que se han dedicado por generaciones a vender libros a bajo costo a niños, jóvenes y a adultos.
Sobre esto, ni el Ayuntamiento o la Unidad de Gestión han dado información.