La manipulación psicológica es el ejercicio de influencia indebida a través de la distorsión mental y la explotación emocional, con la intención de tomar el poder, el control, los beneficios y los privilegios a expensas de la víctima.
En columnas anteriores hablamos acerca de la inteligencia emocional toxica, pues existen personas que se aprovechan de su capacidad de expresarse y hacer sentir empatía a otros, esto, utilizado para un bien individual a costillas de otros, es manipulación, pero ¿cuáles son los rasgos que podemos identificar de las personas manipuladoras?
- Comunicación no verbal: a menudo, las señales como evitar el contacto visual o tener una expresión facial incongruente con lo que se dice pueden ser indicativos de manipulación.
- Victimización: los manipuladores suelen presentarse como afectados de circunstancias fuera de su control para ganar simpatía y justificar sus acciones.
- Culpabilización: una táctica común es hacer que otros se sientan responsables, incluso por cosas que están fuera de su control, para influir en sus decisiones y acciones.
- Gaslighting: esta técnica implica hacer que alguien dude de su propia memoria o percepción, haciéndole cuestionar su realidad.
- Cambios de humor repentinos: los manipuladores pueden usar sus estados de ánimo para cambiarlos a extremos y controlar a los demás o crear un estado de incertidumbre.
- Promesas y recompensas: pueden ofrecer beneficios que nunca se materializan para mantener a las personas comprometidas y obedientes.
Una vez que sabemos cuáles son algunos de los recursos que utilizan los manipuladores, podemos establecer estrategias que nos ayuden a no caer en las garras de estas personas.
Algunas de estas estrategias serian:
- Confianza en uno mismo
- Apoyo social
- Educación y conocimiento
A la hora de hacerle frente a una persona manipuladora recuerda:
- Comunica tus sentimientos, se claro y directo, no dejes que otras personas te digan que debes o no sentir, ni mucho menos sentirte culpable por las emociones que estas sintiendo y, o los límites que tengas que establecer para sentirte cómodo y respetado.
- Te presente y defiende tus límites, recuerda siempre que éstos son aquellos que te protegen a ti mismo, ayudándonos a no permitir comportamientos o situaciones que de alguna manera nos afecten, que nadie te haga sentir mal por cuidarte a ti mismo, por no ceder ante otras peticiones solo por el beneficio de la otra persona, si te piden o te dicen algo que te incomoda, recuerda y defiende tus límites.
- No tengas miedo a decir que No, muchos de nosotros tenemos un conflicto con decir “no”, aceptamos o dejamos pasar cosas que probablemente no tienen nuestra total aprobación, sin embargo, esto puede ser muestra de la manipulación que pueden estar ejerciendo en ti, recuerda que hay formas asertivas de decir que no, que poco a poco nos llenan de confianza para poder negarnos a peticiones que simplemente no queremos realizar.
Cuando se trata de nuestro beneficio, todos somos un poco manipuladores, pero cuando esto significa realizar o aceptar cosas de las que realmente no estamos convencidos, debemos abrir bien los ojos para no caer en chantajes o manipulaciones.
Estefanía López Paulín
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