La semana Haute Couture ha llegado a París para demostrar el talento de los diseñadores y casas de moda elite. Comenzando el 4 de Julio con Schiaparelli, Iris Van Herpen, Rahul Mishra, Dior y Giambattista Valli, el primero de cuatro días nos dio un exquisito inicio para lo que vendría en la semana.
La primera cita del día fue a las 10:00 a.m. en el Musée des Arts Décoratifs. Daniel Roseberry, director creativo de Schiaparelli, eligió como tema central a aquellas personas que han sido inspiradas por la única, Elsa Schiaparelli y la manera en que ella misma se vestía. Titulando a la colección “Renaissance”, Roseberry implementó joyería surrealista inspirada en el cuerpo humano, el color dorado y volumen escultural para honrar a Elsa; mangas gigot y motivos de matador para Christian Lacroix (específicamente su debut en 1987) y arreglos florales salidos del libro “A Passion for Flowers” de Carolyne Roehm. Igualmente, vimos corsés, bordados románticos, faldas drapeadas en el centro, aves como accesorios y vestidos hechos de perlas y cristales. Además, Daniel Roseberry mostró un gran interés en crear accesorios para los pechos, desde bralettes, hasta un girasol morado, glitter plateado de Pat McGrath y un corazón junto a sus respectivas arterias. Finalmente, como zapatos, sobresalieron los pumps de estilo Kiltie y los icónicos con punta en forma de dedos dorados. Daniel describió la colección como “increíblemente moderna” y “salvajemente romántica”.
El segundo desfile del día fue de Iris Van Herpen, regresando a la semana de Alta Costura luego de años de ausencia. Entre la estructura de metal negro y los pisos de madera del Elysée Montmartre, la diseñadora holandesa presentó 16 diseños inspirados en los mitos de Aracne, Narciso y Dafne y Apolo, manteniendo su técnica que mezcla diseño con tecnología. La colección se dividió en tres partes. La primera sección tuvo drapeados en tafeta verde y crema, seda en un café cálido que trazaba líneas curvas sobre los cuerpos de las modelos y finalmente una túnica y un vestido con rostros dibujados con listón. Luego, para acompañar a sus características estructuras de impresión 3D, Van Herpen combinó blanco con lila y amarillo y líneas negras con encaje blanco y morado. En la tercera parte, vimos el chiffon doblarse y girar para crear volumen, o plano para dar un efecto de hojas con la ayuda de encaje del mismo color.
A las 2:30 de la tarde, Dior invadió los jardines del Musée Rodin para dar inicio a su show. Los diseños surgieron de la impresión que la artista ucraniana, Olesia Trofymenko, dejó en Maria Gratzia, quien tras ver su trabajo decidió que trabajaría en una colaboración con ella para su colección de alta costura de otoño 2022. La directora creativa, también remarcó que el trabajo de alta costura, en esta ocasión, es dirigido al cliente y no al espectador, dejando acabados de alta calidad en la construcción de las prendas y la manera en que se sienten sobre el cuerpo. Los 68 looks del desfile consistieron en su mayoría en tonos neutros, no obstante, se vieron acentos en rojo, verde y azul marino. Ambas artistas combinaron sus habilidades en delicados encajes y bordados. M.G. presentó faldas tableadas, camisas abotonadas, escotes cuadrados y chaquetas con hombros definidos. Vimos el uso de tartán rojo y amarillo en tres vestidos. La combinación de negro con beige se vio fuerte a la mitad del show, mientras que los detallados encajes y bordados se mantuvieron constantes a lo largo del mismo. Cerca del final, las modelos lucieron airosos vestidos de chiffon con mangas off the shoulder y gigot. Una toma diferente del Dior clásico, desde lejos, pero con los valores centrales de la casa francesa de cerca.
Rahul Mishra ocupó el cuarto puesto en la agenda del día. La colección, “L’arbre de la vie”, nace de la memoria del diseñador, quien recuerda que durante su infancia en India, se podía ver un enorme árbol baniano desde su casa. El resultado fueron vestidos, bodysuits, sacos y capas cubiertas en follaje dorado, para representar la luz del atardecer que Mishra vio caer sobre su árbol miles de veces. El show abrió con un mini vestido negro de mangas gigantes, cubierto casi por completo en pequeñas hojas doradas y flores a juego sobre las medias de la modelo. En varios diseños podemos ver como el tronco del árbol se eleva a lo largo de la prenda y la copa finalizando en los hombros con volumen completo. En una misma paleta de color, el diseñador presentó patrones art decó, combinando lentejuelas doradas y plateadas en líneas verticales, nubes y pequeños caracoles. Y en una sección más colorida, demostró su habilidad para bordar, creando paisajes cubiertos de flora y fauna de su país natal y otras prendas con grandes flores en diferentes tonalidades de rosa y naranja. Sin duda el orgullo de su país al ser el único diseñador originario de la India en entrar al reducido círculo de la alta costura francesa.
Para el último show del día, Giambattista Valli celebró su regreso a los desfiles presenciales decorando su pasarela con globos festivos. La colección “L’instant” contrasta la extravagancia de Studio 54 en Nueva York durante los años 70 y el romance de jardines ingleses llenos de rosas. La secuencia de 58 looks comenzó con una serie de vestidos blancos con plumas de avestruz en las costuras y lujosos cristales. Poco a poco, los icónicos moños de la marca, se empezaron a hacer presentes en blanco y rosa sobre los escotes y hombros, acompañados de grandes aretes de cristal y lentes de sol con efecto espejo. La atención al detalle se vio en bordados de lentejuelas imitando pétalos de rosas. Valli también presentó reveladores diseños de perlas y
cristales, sin dejar atrás su gusto por las mangas voluminosas. Cuando el drama creció, un par de modelos lucieron abrigos de ópera hechos de coloridas plumas. El diseñador amante del tul, confeccionó más de sus característicos vestidos de gran volumen en cortes princesa y sirena, pero mis favoritos fueron aquellos que cubrió con diferentes flores hechas del material. El espectáculo cerró con un vestido de novia color rosa pastel, con velo incluido y un profundo escote.
El primer día de la semana de alta costura fue un perfecto inicio para los días por venir. Lleno de color, drama, trabajo artesanal y perfectos detalles, estos diseñadores han dado de que hablar.