Ana Dora
Sekir, es uno de los grafiteros más reconocidos en San Luis Potosí y a nivel nacional. Su trayectoria de casi 20 años lo respalda. Forma parte del colectivo nacional X Familia y aquí en la capital realiza trabajos independientes, tatuajes y murales.
Él no asistió a escuelas de arte, aprendió «la onda del arte» gracias a uno de sus tíos, un gran artista que falleció hace poco. La influencia de sus primos que iban y venían del «gabacho» trayendo arte callejero de las ciudades más movidas de Estados Unidos motivó a Sekir para hacer rayones en bardas y paredes de manera ilegal, pintando bombas y letras que gradualmente fue mejorando y que hasta el momento le han dado un lugar en la comunidad del graffiti.
Define el graffiti como la conjunción de técnica, composición y contenido. Los rayones que hay en la calle son una galería masiva, para la gente.
El antepone el talento más que el dinero, porque para que sea sustentable hay que estar en constante movimiento en las calles, no contempla su arte como algo que deje dinero, pue slo hace por gusto y pasión. Ha trabajado pintando murales graffiti e gran escala, el más grande de 50 x 12 metros, hace poco fue contratado por una empresa para una barda por Acceso Norte. En algún momento intentó ser apoyado por el gobierno, pero no tuvo respuesta.
Hace graffiti por gusto, porque lo hace sentir bien, la conjunción de colores, figuras, estructuras, garabatos, detonan la creatividad, «es todo un ritual que se debe respetar».