Pueblos originarios en Chiapas, México, han denunciado un secuestro masivo perpetrado por un grupo criminal en el municipio de Altamirano. Residentes relatan que entre los secuestrados, inicialmente estimados en cerca de 100 personas y ahora alrededor de 30, se encuentra el representante de la comunidad, Rogelio Hernández.
El incidente ocurrió el 10 de octubre en la carretera Chanal-Altamirano, a la altura de la comunidad Yaalcuk, municipio de Huixtan. Individuos armados interceptaron a 132 pobladores que regresaban de Tuxtla Gutiérrez tras reuniones con autoridades y legisladores para resolver conflictos regionales. Los secuestradores, vestidos de militar y con armas largas, obligaron a los indígenas a bajar de sus vehículos, amagándolos y dividiéndolos en dos grupos.
Mientras los representantes de las comunidades eran golpeados, el resto era mantenido con los ojos vendados. A pesar de la liberación de algunos rehenes, la incertidumbre persiste, y familiares de los secuestrados claman por su seguridad y la intervención del Gobierno.
Este incidente se suma a la creciente violencia en Chiapas, donde los pueblos originarios han denunciado un clima de «guerra civil» marcado por homicidios, desapariciones y desplazamientos forzados. La población de Altamirano enfrenta una crisis económica y educativa debido a los bloqueos y la violencia, afectando a miles de personas.
Las autoridades han iniciado investigaciones por «retención de particulares», pero la población exige una acción más enérgica para garantizar la seguridad de los secuestrados y poner fin a la violencia que asola la región.
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