Luego de que el pasado sábado 14 de diciembre, un chofer de la ruta 23 del transporte público de la Zona Metropolitana atropelló a un niño de nueve años, las autoridades de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, así como la empresa concesionaria de la unidad de trasporte, encubrieron al presunto responsable, dejando sin protección legal al pequeño que, debido a las heridas, convalece en el Hospital Central.
Familiares Jhovany, denunciaron la falta de acción por parte de la SCT, luego de que el chofer de la unidad con número económico 6113, en la intersección de Avenida Reforma y Damián Carmona. El impacto dejó al menor con fracturas graves en la pelvis, la cadera y la pierna, por lo que permanece hospitalizado en el Hospital Central, donde sus familiares aseguran que enfrenta complicaciones debido a la falta de medicamentos.
A pesar de la gravedad del caso, los familiares señalan que ni la empresa propietaria de la unidad ni las autoridades han asumido responsabilidad, dejando la atención médica y legal en el limbo. Familiar del menor a través de redes sociales. Este llamado pone de manifiesto la ausencia de seguimiento por parte de las autoridades de transporte, quienes tienen la obligación de garantizar la seguridad en el servicio público y atender incidentes como este.
El caso también revive cuestionamientos sobre la supervisión del transporte público en la ciudad y la responsabilidad de la SCT en la regulación de las rutas y sus operadores, pues entre choques, atropellamientos, asaltos y malos tratos, mantienen a la población inconforme por el servicio que prestan y molestos con la dependencia por su incapacidad de poner orden.
Por lo pronto y en este caso, la familia continúa exigiendo justicia y apoyo para enfrentar los costos médicos del menor, quien sigue en estado crítico.
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