Este viernes, 4 de octubre, la Fe Católica alrededor del mundo conmemora un año más la memoria y vida de San Francisco de Asís, santo que cambió su vida de lujos y ostentaciones por la gracia de servir a Dios con humildad.
Nacido en Asís, Italia, San Francisco pertenecía a una familia acomodada, su padre era un rico comerciante que rodeaba de todos los lujos a su hijo, por lo que San Francisco pasó su juventud derrochando dinero y disfrutando de los placeres de la vida como él mismo lo manifestó; sin embargo, después de ser prisionero de guerra, pasaba todos los días postrado en la cama por la enfermedades que sufría, fue cuando comenzó a escuchar una voz que le decía: “servir al amo y no al siervo”.
San Francisco, decidido a levantarse de la cama y cambiar su vida, se desprendió de su riqueza material para entregarla a los pobres y enfermos de su localidad; los visitaba y les daba ropas, dinero, alimentos, a la vez que se ponía a orar con ellos, desarrollando su espíritu de pobreza, humildad y compasión. San Francisco pronto fue conocido por las buenas obras que llevaba a cabo sin esperar nada a cambio.
Pasaba largos ratos en la Iglesia de San Damián, ahí, una vez más la voz se hizo presente para hacerle un llamado: “Francisco, repara mi casa, pues ya ves que está en ruinas”, San Francisco inmediatamente acudió a su casa por todo el dinero que tenía y se lo entregó al sacerdote para arreglar el templo. El presbítero le dijo que de ahora en adelante él podía quedarse a servir a Dios desde la Iglesia, pero no por el dinero, sino por el gran amor que ha demostrado hacia el prójimo y por desprenderse sin dudarlo de los lujos terrenales; San Francisco aceptó pero al poco rato su padre lo golpeó por haber “malgastado” el dinero, mismo que le exigió le devolviera, dejándolo con severas lesiones.
Pronto se recuperó de este episodio para comenzar a predicar los Evangelios y la conversión de los musulmanes al cristianismo, todo esto siempre bajo la bandera del apego a la pobreza, a la humildad del corazón y a servir a los demás.
San Francisco de Asís es conocido, entre muchas cosas más, por ser gran protector de la naturaleza, especialmente de los animales, por eso, los feligreses acuden a las iglesias este día para bendecir a sus mascotas.
La Iglesia Católica también reconoce a San Francisco de Asís como el santo que recibió los estigmas, condición en la que en sus manos y pies aparecieron las heridas de Cristo crucificado. Esto sucedió cuando San Francisco llevaba a cabo un ayuno de 40 días en el Monte Alvernia, el santo se preparaba para las fiestas de San Miguel Arcángel.
En San Luis Potosí la iglesia de San Francisco es una de las más emblemáticas de la capital potosina, por lo que cientos de personas acuden día con día para disfrutar de una tarde agradable en sus inmediaciones, sus jardines y su fuente, además de la conexión que tiene con la plaza de Aranzazú a través de su callejón del mismo nombre.
Del mismo modo, el municipio de Real de Catorce está llevando sus propios festejos, ya que San Francisco de Asís es patrono del Pueblo Mágico del Altiplano potosino, por lo que será una opción más para disfrutar de esta y muchas atracciones más que nuestro estado tiene para ofrecer.