Temeroso de que la justicia pueda proceder en su contra una vez que termine su ejercicio como tesorero de la capital potosina; Rodri Portilla ha buscado el cobijo de las autoridades de justicia, razón por la que anda desesperado promoviendo toda clase de amparos con los que pretende salir del cochinero en el que él mismo se metió ante las incontables irregularidades que se citan de su gestión.
Con su pose de divina, el teso municipal «se protege, se protege, se protege» asesorado por los mismos abogados que no pudieron sacar adelante una sola de las denuncias que vendió como la gran revelación sobre presuntas irregularidades en administraciones anteriores. Ahora, el inocente funcionario vuelve a poner su vida en las manos de los mismos abogados esperando que logren librarlo del panorama tan oscuro que se ve en su horizonte.
Y es que es claro que el miedo no anda en burro, Rodri Portilla sabe bien que todas las irregularidades cometidas a costa del erario de los potosinos pueden tener consecuencias importantes, de entrada, por la Ley de Responsabilidades Administrativas y, en segunda, porque los desfalcos, desvíos y demás anomalías tienen su huella particular de modo que, en esta ocasión, no podrá culpar a otros por lo que él mismo hizo.
Uno de los tantos temas que le quitan el sueño a Rodri «El Tesorero», es el robo de los ocho millones que desaparecieron misteriosamente de su propio cajón en cheques que él firmó y que, afirman, él mismo cobró.
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Para poder ejercer, el funcionario consentido de Xavi Nava tuvo que dejar una fianza, la cual, se cree, no podrá recuperar por ningún motivo pues estará dejando las finanzas municipales con las patas para arriba, con una larga lista de irregularidades y un sinfín de anomalías que podrían representarse serios problemas legales en poco más de un mes, cuando termine la presente administración.
