Ultima semana del año 2023, dentro de poco esteremos poniéndole el punto y final a doce meses que para cada persona fueron diferentes, con el cierre viene el nuevo inicio y como todo inicio está lleno de incertidumbre al no saber lo que nos espera. En diversas culturas se tienen costumbres para despedir el año, rituales que ayudan a soltar lo que queremos dejar atrás y visualizar las nuevas metas que queremos alcanzar, estas actividades ayudan a entrar de manera más optimista a este nuevo ciclo, brindándonos un poco de calma y esperanza.
La mente es muy poderosa, y si bien no basta con realizar una actividad el último día del año para asegurar que el siguiente nos irá mejor, estos rituales sí nos ayudan a que nuestra mente más inconsciente se abra al cambio, que vea de forma más tangible el cierre de ciclo y con él la oportunidad romper patrones negativos y adoptar algunos que sean más beneficiosos.
Existen un sinfín de rituales que las personas utilizan con distintos objetivos, como viajar más, ganar más dinero, encontrar pareja, etc, sin embargo, el ritual que quiero compartir con ustedes esta más encaminado a la descarga de ese peso que traemos cargando desde hace doce meses, además de focalizar aquellas metas que queremos cumplir en 2023.
El ritual consiste en tomar una hoja en blanco y doblarla en dos partes iguales, marcando la división con una línea, en la parte superior izquierda podremos el año 2022, y en la parte superior derecha el año que llega 2023.
Abajo del año 2022 haremos una lista de todo aquello que queremos dejar atrás, como personas, hábitos u objetos, todo aquello que no nos nutre, que nos detiene, que nos duele, plasma en esa parte todo lo que no quieres que te siga acompañando en la nueva etapa.
En la parte del año 2023 pondremos una lista de elementos que queremos conseguir a lo largo del año, por ejemplo, conseguir un mejor empleo, tener casa propia, perder peso etc. Aquí quiero hacer un paréntesis para aclarar y recordarles que las metas que fijamos a inicio de año deben de ser reales, que estén dentro de tus posibilidades, más que nada, para no seguir fomentando sentimientos de insatisfacción al terminar el año.
Una vez escritas ambas listas, les invito a hacer una reflexión acerca del por qué queremos abandonar lo que plasmamos en el papel y también pensar en el “¿qué debo de hacer para alcanzar mis metas?”. Una vez escrita, leída y reflexionada la destruiremos, ya sea quemándola o rompiéndola en pedazos pequeños y dejándola en un lugar donde corra el agua, simbolizando y entendiendo que la dejamos fluir, otra opción es solo romper la lista del año que dejamos atrás y conservar la lista de propósitos o deseos para el año que comienza.
De esta manera tendremos un cierre simbólico que ayudara a nuestro cerebro a prepararse para el cambio, lo importante no está en que ritual hacer, sino permitirte cerrar un ciclo y prepararte para iniciar uno nuevo.
Estefanía López Paulín
Contacto: psc.estefaniapaulin_uaslp@hotmail.com
Número: 4881154435